Pasada la tensión que se vivió tanto en las calles como dentro del recinto, la sesión en la Cámara de Diputados por el Presupuesto 2019 retomó su curso normal y se encamina a lograr la media sanción con una votación a altas horas de la madrugada. En Cambiemos aún son optimistas en tener los votos necesarios -entre 130 y 135-, internamente festejaron que la oposición no logró suspender el debate y reconocen que "pasó el susto".
Hubo momentos de zozobra en el oficialismo debido a los dos cuartos intermedios que debió convocar el presidente del cuerpo, Emilio Monzó. El punto cúlmine fue el enfrentamiento entre Nicolás Massot, presidente del bloque del PRO, y Daniel Filmus, quienes debieron ser separados por sus compañeros de banca. Ahí en Cambiemos sintieron que la situación se desmadraba y que podía perderse la media sanción.
El conflicto comenzó cuando Leonardo Grosso y Lucila de Ponti, del Movimiento Evita, entraron al recinto pidiendo que se suspendiera la sesión por los enfrentamientos de la policía con los manifestantes en la puerta del Congreso. Ahí estaba presidiendo Luis Petri, que le preguntó a quién estaba exponiendo, Luis Pastori, si permitía una interrupción. Ante la negativa del hombre de la UCR, la oposición explotó y, entre insultos y gritos, pidieron un cuarto intermedio. Allí tuvo que intervenir Monzó, quien pidió calma, organizó a los diputados y cuando estaban nuevamente sentados, le solicitó a Pastori una nueva interrupción para que hablara Agustín Rossi. Pero la respuesta de Pastori fue nuevamente negativa y el caos fue incontrolable.
Fue entonces que entró Massot y fue abordado por Grosso, con quien tiene buena relación. El hombre del Evita le pedía que suspendieran la sesión porque en la calle la violencia era muy grande, mientras que el diputado del PRO le exigía calma. El punto de inflexión fue la irrupción de Leopoldo Moreau, que, según se pudo reconstruir, habría hecho una asociación entre la familia de Massot y la "represión" de la policía. A partir de aquí, las versiones son cruzadas. En el FpV afirmaron que el legislador de Cambiemos "lo invitó a pelear" a Moreau, pero desde el entorno de Massot lo negaron. El encontronazo con Filmus fue porque el ex ministro de Educación saltó en defensa de Moreau.
Todo este escenario derivó en un cuarto intermedio -el segundo de la jornada- para que los jefes de bloques se reunieran con el funcionario a cargo del operativo de seguridad. En este cónclave, tanto la Izquierda como el FpV y el Movimiento Evita insistieron con la suspensión pero Cambiemos, apoyado por Argentina Federal en silencio, insistió en continuar, lo que finalmente prosperó.
Las consecuencias directas de esto fueron dos presencias: la del secretario de Seguridad porteño, Marcelo D’Alessandro, quien, según anunció Monzó al retomar al sesión, se quedaría en el Congreso para asegurar "el derecho de las personas a manifestarse", y la del ministro del Interior, Rogelio Frigerio, quien encabezó las negociaciones desde hace meses con los gobernadores para que el Presupuesto pudiera ser aprobado. El funcionario llegó para "monitorear" el transcurso de la discusión y que no haya sorpresas. La estrategia es la misma que la utilizada en la Reforma Previsional, aunque ese día hubo otros dirigentes de primera línea, como María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta.
Las posturas dentro de cada bloque siguen en la misma línea. La norma tendría el apoyo de los 108 diputados de Cambiemos, 13 de Argentina Federal, 3 del bloque de Martín Lousteau y los monobloques de José Luis Ramón, Alma Sapag, Adriana Nazario y Omar Félix.
Hay dudas con los santiagueños, ya que el oficialismo contaba con al menos tres de sus legisladores, pero ninguno bajó al recinto a dar quórum, lo que hace sospechar que finalmente no acompañarán. Y también sorprendió el comportamiento de los de San Luis, que si dieron quórum, a pesar de que la provincia, gobernada por Rodríguez Saá, es de las más opositoras a Mauricio Macri. Los cuatro que se sentaron para comenzar el debate fueron Ivana Bianchi, Andrés Vallone, Victoria Rosso y Karim Alume.
El Frente para la Victoria, el Frente Renovador, el nuevo interbloque presidido por Felipe Solá, Red por Argentina, y la Izquierda votarán en contra. Todos los discursos fueron unánimes: calificaron al Presupuesto como "de ajuste" y "a medida del Fondo Monetario Internacional".
Justamente el hecho de no conocer el nuevo acuerdo con el FMI, que se concretará el viernes cuando el directorio del organismo le dé la aprobación final, es una de las mayores críticas que realiza el massismo: "Cómo vamos a votar un presupuesto que va a estar atado a un acuerdo que no conocemos. Entendemos que es mejor tener presupuesto que no tenerlo, pero fue un exceso tratarlo hoy y no la semana que viene. Se podría haber esperado una semana para conocer el acuerdo con el FMI", resumió una importante figura del bloque.
Sin embargo, dentro del espacio reconocen que si los dejan introducir cambios en la votación en particular podrían acompañar. Pero no ven que se los permitan porque, según afirman, la idea de Cambiemos es "votar a libro cerrado".
El estimado, teniendo en cuenta todos los oradores y los cierres, es votar entre las cuatro y las cinco de la mañana. Todo indica que el Gobierno obtendrá la media sanción y se anotarán una victoria de cara al viernes, cuando el FMI apruebe el acuerdo. Luego vendrá la discusión en el Senado, aunque allí no se esperan mayores contratiempos.