"La situación en Vialidad Nacional es un caos", dijo el nuevo administrador del Noveno Distrito de Vialidad Nacional, Jorge Deiana, al hablar del panorama con el que se encontró en el organismo. Y dio números que así lo demuestran: la mitad de las 107 equipos pesados y movilidades de la repartición están sin operar y para poder hacerlo demandan refacciones importantes, 5 de las 6 obras principales que tienen en carpeta están paradas y ni siquiera cuentan con material para el bacheo de las rutas, al punto que tuvo que pedir emulsión asfáltica a Vialidad Provincial para cumplir con el mantenimiento mínimo de los caminos.
Deiana llegó al puesto en los primeros días de febrero y conoce al dedillo la repartición, ya que trabajó durante 11 años en el organismo, es empleado de planta permanente, e inclusive fue coordinador general de la Ruta 150. Desde diciembre de 2015, el profesional comenzó a desempeñarse como secretario de Obras Públicas de la gestión uñaquista. el segundo lugar de importancia en el Ministerio de Obras Públicas que conduce Julio Ortiz Andino.
Sobre la situación general, mencionó que el parque automotor está constituido por 42 equipos pesados, entre topadoras, cargadoras, motoniveladoras y excavadoras. Además, cuenta con 65 movilidades, entre camiones y camionetas. Del total, según un informe interno, la mitad funciona en regulares condiciones, no puede operar o necesita refacciones para cumplir con la tareas necesarias de mantenimiento de rutas y caminos. Y para que vuelvan a cumplir funciones primero hay que arreglarlos.
Entre las 6 obras viales principales que venía ejecutando el organismo, hay 5 que están paradas. Se trata de los dos tramos de la llamada Ruta 40 Sur, que es parte de la autopista que va a Mendoza, los dos bypass en Iglesia y un tramo de la Ruta 150, también en el mismo departamento.
En cuanto a la obra de la autopista que vincula con la vecina provincia, que está parada, el problema se originó porque la constructora, la mendocina Green SA, se presentó en convocatoria de acreedores por problemas financieros. Y para cobrar los certificados de obras tiene que conseguir avales bancarios, pero por su situación, no los obtiene. La misma empresa tiene paralizadas desde hace 4 años las tareas de construcción de dos bypass en Iglesia, uno en la villa del mismo nombre y otro en Las Flores. Originalmente se pensaron para evitar que los camiones mineros pasen por los poblados de la zona, pero lo cierto es que nunca se completaron.
Según Deiana, como por convenio los fondos los venía poniendo la Provincia, está en estudio un nuevo llamado a licitación por parte del Gobierno sanjuanino para completar de una vez por todas con esas tareas. Los trabajos llegaron a tener un 40% de avance.
La quinta obra paralizada es una sección de la Ruta 150 a Chile, también en Iglesia, que es la que corresponde a la zona de la aduana. Según explicó Deiana, la tarea estaba a cargo de la constructora Mapal, con fondos del Gobierno sanjuanino, pero la Nación quiso tomarla y nunca se completó.
Autopista
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Es el porcentaje de avance que, en promedio, tienen los dos tramos de la autopista a Mendoza.
Mantenimiento
Una de las funciones de Vialidad Nacional es la construcción de las rutas de jurisdicción nacional que cruzan la provincia, pero también está a cargo del mantenimiento de otras obras, como ocurre con la Avenida de Circunvalación, que viene de recibir una serie de mejoras en parte de su trazado.
El otro problema que afronta la repartición es la falta de concreto asfáltico para el bacheo de las rutas. Por eso dijo que acudieron a Vialidad Provincial, para que les preste algo de material, como para cumplir las tareas mínimas.
En los últimos 4 años, el organismo nacional estuvo inmerso en roces y tironeos con el Gobierno provincial, porque la administración local vino poniendo recursos para que muchas obras obras no se paralizaran, como el tramo de la Ruta 40 que va hacia Albardón, pero no se pusieron de acuerdo cuando la Provincia exigió que la Nación le pagara. Al punto que los reclamos llegaron a la Justicia, aunque ahora, con la gestión de Alberto Fernández se negocia un acuerdo para saldar las diferencias.
Incluso, para encauzar la gestión, Deiana dijo que tiene previsto viajar la semana entrante a Buenos Aires para definir un plan de acción. "El presupuesto de Vialidad Nacional va a estar sujeto al arreglo de la deuda", aclaró el funcionario.
De las 6 obras de la repartición, la única que se ha venido manteniendo a buen ritmo es la de la Ruta 40, hacia Albardón. Tiene, en promedio, un 70% de avance y ya está en carpeta la construcción de un nuevo puente, paralelo al actual, porque la ampliación de la ruta incluye más carriles de circulación. Las tareas nunca se paralizaron por el esfuerzo del Gobierno provincial, que aportó los recursos necesarios para que las tareas no se frenaran. Fue uno de los motivos de la discusión con la gestión macrista que, con el nuevo Gobierno nacional, está en vías de solucionarse.
Informe nacional
Según un informe publicado hace pocos días por el diario Clarín, hay unas 70 obras en todo el país frenadas por las dificultades que tuvo en los últimos años Vialidad Nacional. Allí se hace mención a puentes, ensanche de rutas, repavimentaciones, autopistas, rotondas, accesos a localidades, defensas hídricas y otras obras menores. En algunos casos tienen fecha de inicio de obra en 2010 u 2011 y en su gran mayoría se interrumpieron en 2018.
Algunas fueron iniciadas y detenidas durante las presidencias de Cristina Fernández de Kirchner, y otras corresponden a la gestión de Mauricio Macri. El parate se da en provincias gobernadas tanto por el peronismo como en administraciones radicales.
Se mencionan argumentos variados. Oscilan entre las sospechas de corrupción, la falta de fondos, cruces entre las direcciones provinciales de Vialidad y la nacional, redeterminaciones de precios, cambios en los contratos y proyectos "defectuosos".
Entre las consecuencias se mencionan desde la inseguridad vial hasta las demoras y gastos de dinero extras en combustible para rodear caminos a medio hacer que se tornan intransitables, además del alto costo que demandará reiniciar los trabajos.