La excusa era que la iba a llevar a ver los aviones en el aeropuerto de Las Chacritas, en 9 de Julio, o a visitar unos parientes que tiene en Caucete. La mamá de la nena ni nadie en la casa donde viven, en Rawson, se oponía, porque se suponía que, al ser el padre, la iba a cuidar. Pero la verdad oculta de esos viajes en moto resultó muy distinta, pues en la zona del aeropuerto tomaba por unos callejones hasta una casa abandonada y allí la violaba. Tres años después (la nena fue abusada entre los 8 y los 11 años), cuando una de sus hijas mayores lo sorprendió en calzoncillos sobre la nena en un colchón tendido en el comedor, ese changarín de 47 años, se hizo el desentendido. Pero luego se fue de la casa. Al saberse denunciado en el ANIVI, el 3 de enero pasado, volvió, les pidió perdón a todos y se entregó a la Policía.
Y al llegar a juicio volvió a reiterar que estaba arrepentido y por eso decidió evitar un juicio común, admitir su responsabilidad en un proceso abreviado, firmado con su defensora oficial Mónica Sefair y la fiscal Marcela Torres, en el que aceptó además recibir 16 años de reclusión.
Luego de aceptar el acuerdo el juez de la Sala I de la Cámara Penal, Juan Carlos Caballero Vidal (h), resolvió ayer que cabía condenarlo a 15 años de prisión y le impuso ese castigo.
Así, la familia de la nena tuvo una respuesta a su exigencia de Justicia contra ese sujeto, que además de la denuncia por abuso sexual tenía otras acusaciones por violencia doméstica contra su propia mujer, madre de sus hijos.
Cuando se abrió la investigación, la psicóloga que lo entrevistó estableció que atravesaba momentos depresivos luego de haber sufrido un accidente cerebro vascular (ACV), que era impulsivo y que podía autoagredirse o agredir a otros.
De la nena revelaron que no mentía cuando describía las "cochinadas" que le hacía su papá, por un nivel detalles en el relato que jamás podría haber inventado, dijeron fuentes judiciales.