Sin palabras. El jubilado y su mujer prefirieron no hablar del tema porque estaban sorprendidos por la increíble estafa que sufrieron en su propia casa.

 

“Hola, papi…”, fue lo primero que dijo esa mujer que hablaba por el teléfono. El inocente jubilado rápidamente pensó que era su hija. La desconocida lo fue envolviendo hasta que le exigió que reuniera todo el dinero en efectivo que tenía porque debían cambiarlo por dólares y que se lo entregara a un hombre que pronto iba a pasar por su casa. Todo fue tan rápido que el hombre no tuvo tiempo de pensar ni de dudar, lo peor es que cayó en la trampa y entregó una bolsa con 52.000 pesos a un completo extraño que así como llegó a su domicilio, también desapareció.

Así, en otra de las versiones del “cuento del tío”, dos delincuentes embaucaron el martes último a un jubilado de apellido Ávila (78) con un llamado telefónico y le sacaron el dinero que ahorraba para cambiar el auto, de la misma puerta de su casa en calle Arnobio Sánchez en Concepción, Capital, indicó la Policía.

Fue a las 10 de la mañana cuando sonó su teléfono y él atendió. Una voz femenina lo saludó como si fuese su hija (que vive en San Luis), y a la vez le dijo que estaba “disfónica”. El abuelo creyó en verdad que era su hija y siguió conversando, mientras la mujer le decía que había que cambiar los billetes de 100 pesos por la devaluación que se venía y tenían que hacer la transacción de manera urgente en el banco, que para ello iba a enviar a una persona a buscar el dinero. En este caso, le comentó que iría el hijo del gerente del banco. En la Policía suponen que, a través de engaños, la embaucadora le fue sacado datos que le servían a ella misma para seguir envolviendo a la propia víctima.

En su ingenuidad, el jubilado hizo todo lo que la mujer le pidió y reunió todos los billetes de 100 pesos en una bolsa plástica. A los minutos apareció un sujeto delgado y con barba que andaba en un auto Renault Clio. Esa persona llamó a la puerta y le expresó: “Vengo por lo solicitado”. Ávila, sin preguntar ni pedir ninguna identificación, le entregó el envoltorio con 52.000 pesos y el desconocido desapareció, dijo la Policía. Se enteró que todo era una estafa más tarde, cuando habló con su hija.

 

Recomendación

 

La Policía reiteró que la gente debe estar en alerta frente a este tipo de estafas y tomar recaudos como no seguir la conversación telefónica con extraños, ni dar nombres de miembros de la familia ni datos personales. Que ante la menor sospecha, llamar de forma inmediata a la comisaría más cercana o al 911.