Enseñar a no olvidar, una necesidad de la educación actual, como nos muestra "Terminator”. El futuro depende del pasado, pero también el pasado se desarrolla como presente en relación al futuro. ¿Qué quise decir y qué tiene que ver esto con la educación? Lo paso a explicar. Seguramente les ha pasado que un hecho fortuito, un momento de profunda alegría o una situación traumática les queda grabada en su memoria durante mucho tiempo, mientras que un concepto o dato que repiten varias veces o días lo olvidan rápidamente. La gran diferencia es que en el primer caso sus emociones y sentidos se despiertan de tal modo de captar, decodificar y almacenar en la memoria por un plazo largo lo sucedido, al tiempo que la falta de interés real del segundo ejemplo hace que lo repetido hasta el cansancio se olvide con gran velocidad. El despertar del interés es una necesidad en el aprendizaje. Cuando los niños inician este proceso lo hacen a partir de la curiosidad. Su motivación es su propio deseo por superar los obstáculos que se les presentan. Quieren sostener cosas, trasladarse por sus propios medios y poder comunicarse mejor. Vinculan acciones con reacciones y comienzan a imitarlas por entenderlas beneficiosas. Generan experiencias de vida, las que les permiten desarrollar sus capacidades. Sin embargo, pocos años después esos niños ingresan a la escuela tradicional, la que incentiva el almacenamiento de contenidos en la memoria, los que abstraídos de la realidad pierden sentido e interés. Se focaliza en trasmitir información y olvida estimular la generación de conocimiento. Aquello que no tiene una finalidad no es aprendido por ser considerado inútil o, en el mejor de los casos, fácilmente accesible. Aquí radica el problema más grave, que la información esté al alcance de la mano no la vuelve útil, conocer sus beneficios a futuro sí. El conocimiento es una experiencia pasada a la que se recurre para resolver un problema actual. La cuestión es similar a la trama de Terminator. Debe presentarse el problema futuro para entender la necesidad de un aprendizaje pasado, pero si ese pasado no se concreta, no se genera conocimiento, lo que impide que pueda utilizarse a futuro. ¿Cómo resolvemos esto? Priorizando la enseñanza de las potenciales de aquello que queremos enseñar. En otras palabras, destacando la importancia de no olvidar el contenido expresado y explicando las ventajas que podría tener ese conocimiento en un futuro inmediato o lejano. Esto no se reduce a la educación pública, la trasciende totalmente. Familia, comunidad y estado son responsables en este proceso. Repensemos nuestro rol y lugar y, en conjunto, ayudemos a mejorar la calidad de nuestra formación educativa, social y cultural. 
 

El despertar del interés es una necesidad en el aprendizaje. Cuando los niños inician este proceso lo hacen a partir de la curiosidad.

 

Por Lic. Micaela Weinhandl
DNI 33.725.329
Buenos Aires, Argentina