Tres delincuentes armados asaltaron a un empleado judicial y a su hijo de 13 años en su casa de Rawson. Las víctimas fueron atadas y golpeadas por esa banda que arrasó con todas las cosas de valor que había en la propiedad. El ataque ocurrió cerca de las 0.15 de ayer, en la vivienda de Pablo Guido Orellano (45), ubicada en inmediaciones de Florida y Calle Vieja, en El Medanito.
Orellano se desempeña como ayudante fiscal en la UFI Delitos Especiales. Ayer contó que había acostado a su hijo y que se preparaba para irse a dormir cuando los tres sujetos irrumpieron en su hogar. Los ladrones ingresaron por la puerta principal, gracias a que alcanzaron el picaporte (tiene sólo del lado interior) aprovechando que una pequeña ventana lateral había quedado abierta. Tenían armas de fuego y estaban encapuchados. "Sólo se les veían los ojos", apuntó el empleado judicial, que la pasó muy mal. "Estuvieron entre 30 y 40 minutos adentro de la casa, fue horrible porque estaban muy violentos", dijo.
Los asaltantes llevaron al hombre hasta un dormitorio, al igual que a su hijo, y allí los tiraron al piso, los ataron de pies y manos y les colocaron una toalla en sus cabezas, para que no miraran lo que hacían. "Nos pegaban todo el tiempo, piñas, rodillazos. Y eso que nunca me resistí. Pero querían la plata, todo el tiempo decían que dónde estaba la plata", recordó la víctima, que una vez que pasó todo asistió al Servicio de Urgencias del Hospital Rawson, donde le hicieron dos puntos de sutura en la pierna izquierda por un corte que le provocó uno de los malvivientes de un barretazo.
Los delincuentes se alzaron con gran cantidad de productos electrónicos (celulares, TV, computadora, cafetera, tostadora, entre otros), ropa, calzado, herramientas y unos 20.000 pesos en efectivo. A todo eso al parecer lo cargaron en un vehículo y huyeron, dejando a las víctimas atadas y encerradas.
"Se llevaron todo lo que pudieron. Es la primera vez que me pasa, fue bastante feo porque fue violento", afirmó Orellano. La denuncia fue radicada en la comisaría 3ra.
Los investigadores dijeron que creen que no se trató de un robo al voleo, sino que fue un golpe estudiado. Los pesquisas rastreaban los registros de las cámaras de seguridad de la zona, buscando pistas que puedan ayudarlos a dar con la banda.