Hace un año una revista médica publicaba un llamativo estudio en el que unos perros olían el aroma de los pies de unos niños. Unos 200 pequeños gambianos, 30 de ellos con malaria, durmieron una noche con unos calcetines de nylon puestos que les habían facilitado unos científicos británicos. Meses después, dos perros olieron cada calcetín. Los resultados mostraron que los canes detectaron a los pequeños que estaban enfermos y eso que seleccionaron a chicos asintomáticos. ¿Podrían oler también el coronavirus? Científicos de varios países lo están investigando y creen que sí.
Uno de ellos es Steve Lindsay, entomólogo de la Universidad de Durham (Reino Unido). Dedicado a la investigación en salud pública, Lindsay fue uno de los autores del estudio con los niños de Gambia. Entonces, tras un entrenamiento previo, lograron que dos perros de la organización británica Medical Detection Dogs (MDD), detectaran la presencia de Plasmodium falciparum, el patógeno que provoca la malaria. Y lo hicieron muy bien. De media entre los dos canes, detectaron al 73,3% de los 30 pequeños con malaria (que indica una alta sensibilidad) y al 91% de los 145 que no estaban enfermos (indicador de especificidad). Pero la malaria la provoca un protozoo, mientras que la covid-19 la desencadena un virus. Es como comparar un mamífero con una planta.
“El causante de la covid-19 es un organismo muy diferente al de la malaria, pero hay evidencias de que virus distintos producen olores distintos”, dice Lindsay. “Puede que lo que provoque el olor sea el agente infeccioso en sí, sus metabolitos o el daño que genere en el cuerpo”, añade. “No sabemos si la covid-19 lo tiene, pero lo descubriremos”, concluye.
Distintos residuos humanos, heces, orina, sudor o el mismo aire exhalado, liberan compuestos volátiles orgánicos que forman parte del llamado volatiloma. El sistema olfativo canino es tan sensible que es capaz de detectar concentraciones de una sustancia tan bajas como una parte por billón. La acumulación de estudios con enfermos de cáncer, párkinson o enfermedades contagiosas indica que los canes también pueden diferenciar entre el estado sano o patológico de este volatiloma, incluso el provocado por virus.
“No sabemos el olor concreto que detectan, pero sabemos que pueden diferenciar entre determinadas infecciones virales”, dice en un correo Craig Anglet, codirector del programa de ciencias para el rendimiento canino de la Universidad de Auburn (EE UU). Anglet fue el principal autor de uno de los primeros experimentos (él cree que el primero) en la detección de virus con perros.
“Un perro podría escanear a 1.000 humanos si aprende a detectar el olor del sudor o el aliento humanos por ejemplo”, asegura la coordinadora del grupo de investigación DogRisk de la Universidad de Helsinki (Finlandia) Anna Hielm-Björkman. En un trabajo aún no publicado, Hielm-Björkman ha comprobado cómo sus perros pueden detectar determinados tipos de cáncer. “Ni en el cáncer ni en la covid-19 tenemos pistas del rastro que identifican los perros. Creemos que, en ambos casos, se trataría de cóctel de moléculas en metabolitos presentes en la orina. En el cáncer, podría tratarse de metabolitos fruto del crecimiento anormal de los tejidos y, en la covid-19, podría proceder de la tormenta de citoquinas”, explica.