Polémica final. Rafael Santos Borré, de River, se mete delante del rival de Palmeiras buscando ganar la posesión. Se pidió penal, pero el VAR determinó que fue offside.

 

River mereció largamente la clasificación a la final de la Copa Libertadores ante un muy tibio Palmeiras, al que superó por 2 a 0 luego de caer 3-0 en la ida, pero al que pudo eliminar si el VAR no hubiera intervenido para torcer las decisiones originales del árbitro uruguayo Esteban Ostojich, que había convalidado un gol de Gonzalo Montiel y cobrado un penal a Matías Suárez que lo hubiesen depositado en el Maracaná el 30 de enero.

Los antecedentes del partido se presentaban inmejorables para los brasileños inclusive más allá de los tres goles de ventaja con los que regresaron a su país desde Avellaneda, ya que de los 11 partidos disputados previamente Palmeiras había terminado con el arco invicto en siete de ellos y nunca le habían convertido más de un gol en 90 minutos.

River también fue otro al de la ida. El "millonario" salió a "comerse" a su rival: acorralando a un rival que se mostró inconsistente, apichonado, apostando al contraataque.

Toda esa superioridad manifiesta de River con las causas reivindicatorias mencionadas, parecieron enaltecerse ya en el arranque del segundo período, cuando apenas transcurridos seis minutos Gonzalo Montiel marcó el anhelado tercer tanto, pero posteriormente el árbitro uruguayo Esteban Ostojich lo anuló a instancias del VAR.

Y allí empezó "otra noche" para River, porque siguió dominando siempre en la cornisa de convertir el tercer tanto y 20 minutos después de ese gol anulado se volvió a equivocar Rojas como en el partido de ida o ante Boca, pero esta vez cometiendo una infracción que derivó en su segunda tarjeta amarilla y la consecuente expulsión.

La redención por el gol referido y una buena tarea hasta el momento terminó diluyendo lo hecho por el paraguayo, pero River no tuvo mucho tiempo para lamentarse porque a los 30 minutos Matías Suárez cayó en el área brasileña y Ostojich sancionó un penal que iba a rematar Montiel para vengarse del tanto anulado previamente.

Sin embargo con 10 hombres River siguió yendo y dominando a un Palmeiras que en la previa fue respaldado por sus hinchas en las inmediaciones del Allianz Parque y adentro colocó banderas con símbolos que daban cuenta de haber ganado anticipadamente esta edición de la Libertadores.

Un flojo conjunto paulista que si hizo algún mérito ya no para llegar a la final, sino para merecer adjudicarse esta semifinal, fue en la fase de grupos o en las dos series anteriores de octavos y cuartos de final, porque ayer estuvo muy lejos de dar la talla.

Por eso no solamente perdió el invicto, no pudo convertir y le hicieron más de un gol y en su propio estadio.

En cambio River resultó todo lo contrario, porque fue dominador de ida y de vuelta, anoche durante los 90 minutos y en Avellaneda durante tres cuartas partes del partido hasta que se fue expulsado el colombiano Jorge Carrascal.

 

  • Dignidad

El volante de River, Enzo Pérez, destacó tras la eliminación que "creo que si había una manera de quedar eliminados, esta era la mejor forma. Obviamente que estamos tristes, pero fuimos con argumentos, los superamos, pero no alcanzó. Hay que felicitar a Palmeiras".

 

El VAR acertó

Era todo color de rosa para River. Estaba en partido y Gonzalo Montiel había convertido el 3-0 del empate en la serie. Sin embargo, cuando todos los futbolistas estaban listos para reanudar el juego, el árbitro Esteban Ostojich, por pedido del VAR, frenó todo. Lo mismo ocurrió, un rato después, con un penal que la tecnología le invalidó a Matías Suárez.

Casi a los 10 minutos del segundo tiempo, Montiel, tras un excelente centro desde la izquierda, hizo el tercer tanto. Hasta ahí todo bien, pero… Previo al gol, Enzo Pérez tenía la pelota, la pierde y todo deriva en el centro del gol. De lo que nadie se dio cuenta es que Rafael Santos Borré participó de la jugada y estaba adelantado. Obvio, todos menos el VAR.

Al rato, Matías Suárez cayó dentro del área y Ostojich pitó penal. Cuando el mencionado Montiel se disponía a patearlo, el árbitro paró todo. Los encargados del VAR lo llamaron, revisó la jugada y observó como el delantero se desvaneció solo ante el mínimo contacto del defensor de Palmeiras.

Los futbolistas de River se indignaron, pero el VAR, en estas dos ocasiones, tuvo razón.