
La amenaza de una nueva era de pandemias similar a la que hoy padecemos es un aviso muy real de una naturaleza maltratada. La actividad humana y el deterioro del medio ambiente puede provocar que muchos virus salgan de su hábitat e infecten a la población. La buena noticia: todavía estamos a tiempo, pero hay que actuar ya y toda la sociedad debe involucrarse. No hay tiempo que perder, y ante la amenaza de entrar en una "era de pandemias”, se puede evitar de forma considerable la aparición de nuevas enfermedades con la reducción de actividades humanas que producen la pérdida de la biodiversidad.
Este es el mensaje central del Congreso "Una Sola Salud, Un Solo Bienestar, Humano, Animal y Medioambiental”, que ha celebrado en la primera semana de noviembre el Observatorio de Salud y Medicina Integrativa (OSMI), de la Fundación Vivosano.
Se estima que en la naturaleza existen 1,7 millones de virus desconocidos para la ciencia de los que entre 540.000 y 850.000 tienen la capacidad potencial de saltar a los humanos e infectar a la población de la misma forma que el nuevo coronavirus.
La propia OMS ha puesto en marcha un programa que ha llamado "Una sola salud” en el que se apuesta por la unión de distintas esferas (salud humana, veterinaria, agrícola, ambiental) para conseguir una mejor salud pública, y en esta estela se ha desarrollado el citado congreso.
Para el doctor en Anatomía Patológica Tomás Álvaro, y coordinador del evento, el riesgo de zoonosis no puede ser subestimado a la luz de los conocimientos actuales. Hoy en día, ha referido, un 60 % de las enfermedades humanas infecciosas son zoonóticas, más del 75 % de agentes infecciosos emergentes son de origen animal.
Son datos de la Organización Internacional de Sanidad Animal (OIE) que "ponen claramente de relieve hasta qué punto los animales y el hombre se encuentran interrelacionados en su estado de estrés y salud”.
En declaraciones recientes ha destacado que en este movimiento han incorporado también a psicólogos, porque se sabe que aportar datos e información no es suficiente para propiciar una concientización y un cambio de actitud en las personas.
Para lograr esto hay que "tocar la fibra individual, los mensajes tienen que identificar y tener en cuenta las creencias, la ideología política y económica, sus valores culturales”.
Otro invitado al Congreso, el catedrático de Veterinaria de la Universidad CEU Cardenal Herrera de Valencia, Santiago Vega, dijo que si no hacemos algo por evitarlo, podemos tener otras muchas pandemias similares o peores. "Si, como parece claro, el origen de la Covid-19 ha sido un murciélago, hay que reflexionar sobre cómo el hombre ha alterado los hábitats donde generalmente se encuentra este animal, aislado en colonias de miles de ejemplares, facilitando que se acerque a los entornos donde vivimos los humanos”. "Con las deforestaciones masivas hemos roto la barrera de contención”.
Además, hay que sumar el aumento de la temperatura global, que permite que los virus, alojados en los mosquitos, viajen más y vivan más tiempo; y la contaminación, que termina de enriquecer un caldo de cultivo para las enfermedades, especialmente las respiratorias.
Pilar González Moreno
Agencia EFE – Especial
