San Juan.- Su imagen horrorizaba. Era piel y huesos. Estaba en total estado de abandono por parte de la familia con la que vivía. Con apenas dos años, la muerte la acechaba. Afortunadamente, proteccionistas sanjuaninos se cruzaron en su camino y todo cambió.
"Fuimos hasta su casa en Santa Lucía, le llevamos alimento, había sido mamá hace poco y dimos sus cachorros en adopción. Ayudamos con todo hasta que se recupero. La esterilizamos y se la devolvimos a la familia. Unos meses después, estaba desnutrida otra vez. La llevé al veterinario y me dijo que simplemente no le daban de comer. Por eso los llamé y les avisé que se las iba a entregar otra vez", señaló Virginia a DIARIO DE CUYO.
Con la perrita casi moribunda, la mujer buscó una familia que pudiera darle tránsito hasta que le encontraran un hogar definitivo. Sin embargo, fue amor a primera vista. Luz Gamboa, una colombiana residente en San Juan, decidió junto a su marido, adoptarla y así cambiar su vida. "Eli se ganó su amor para siempre", agregó Virginia.
El 25 de diciembre, para Navidad, la pareja regresó a Colombia, país en el que tienen planeado quedarse. Por supuesto, la perrita viajó con ellos. Feliz, bien alimentada, con una correa rosada y con ganas de compartir hermosos momentos con su nueva familia.