Te guste o desagrade, una de las tareas domésticas que todos debemos realizar en algún momento es el lavado de platos. A simple vista, parece ser una de las más sencillas, ya que solo se necesita una esponja, agua y detergente, pero, hasta lo más simple tiene sus secretos.
Si no se realiza una correcta limpieza de la cocina en general y de los platos en particular, son varias las enfermedades que se pueden contraer, como salmonelosis o listeriosis, provocando malestar estomacal, gastritis, fiebre, diarrea, vómitos entre otros síntomas.
Para evitar la propagación de gérmenes y bacterias, repasamos algunos errores comunes que se cometen cuando se lavan los platos.
Usar agua fría
Para una correcta desinfección bacteriológica, el agua para lavar los platos debe estar caliente, tanto para refregar como para enjaguar. Eso permitirá además una fácil limpieza en aquellos utensilios que tienen grasa.
Desperdiciar demasiada agua
Teniendo en cuenta la situación hídrica en la que se encuentra la provincia, no derrochar agua es una ley básica.
Para evitar esto, lo mejor es realizar el lavado bajo un sistema de organización, para tener todo fregado antes de enjaguar.
No seguir un orden
Si pretendes que la tarea del lavado sea más rápida y eficiente, la sugerencia es colocar agua caliente en ollas o sartenes antes del lavado, para que estén durante algunos minutos en remojo y aflojar tanto grasa como restos de alimentos.
Comienza por lo menos sucio, como vasos, para que no queden con restos de grasa. Continúa por los cubiertos para luego seguir con recipientes y platos. Por último, refregar las ollas y sartenes que se utilizaron para cocinar, y enjaguar todo al finalizar.
De esta manera el lavado no solo será más optimo, sino también te aseguras que quede todo impecable.
Dejar restos de comida en los platos antes de lavarlos
Terminar de comer y dejar los platos en la pileta de la cocina tal cual se levantaron de la mesa antes de lavarlos es una práctica común, pero no tirar los desperdicios antes de lavar puede provocar que se tapen las cañerías.
Para evitar esto, lo recomendable es descartar todo tipo de desperdicio en el cesto de basura. Además, si los platos contienen mucha grasa, se puede absorber con servilletas de papel (que pueden estar usadas), para evitar que se contamine el resto de la vajilla, como vasos o cubiertos.
Exagerar en la cantidad de detergente
Hay quienes creen que lavar los platos es como una fiesta de la espuma, y gastan grandes cantidades de detergente por lavado.
Para ahorrar este producto, coloca agua caliente en un recipiente (que puede estar sucio) y coloca unas gotas de detergente. Usa esta mezcla para repasar los platos, en vez de estar colocando detergente de manera directa en la vajilla o la esponja.
No renovar las esponjas
Es importante renovar con cierta frecuencia las esponjas, ya que acumulan mucha cantidad de bacterias y gérmenes, sobre todo en los pliegues.
Guardar los platos sin secarlos
Para evitar manchas o la propagación de bacterias, la vajilla completa debería guardarse seca.
Si te da “asquito” secar los platos con repasador o similar, deja que se sequen solos sobre la mesada antes de guardarlos.