El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Ojea, se refirió a los agravios que el candidato presidencial de la Libertad Avanza, Javier Milei, expresó contra la figura del papa Francisco. Y sostuvo que “es imposible construir un país sin diálogo y con insultos, gritos y descalifcaciones”.
Javier Milei había calificado al papa Francisco como “el representante del maligno de la Tierra” y que era un “Jesuita que promueve el comunismo”. Además lo había calificado de “personaje impresentable y nefasto”.
“Es imposible construir un país sin diálogo y con insultos, gritos y descalificaciones. Nos preguntábamos cómo se va a gobernar un país dividido. Y afirmábamos que el clima de violencia en las expresiones de los candidatos no ayuda a la paz social”, sostuvo Ojea al ser consultado sobre cómo ve el panorama político luego de las PASO.
El religioso focalizó especialmente en la figura de Javier Milei: “Uno de los candidatos se ha expresado con insultos irreproducibles y con falsedades. Como expresó monseñor Gustavo Carrara el Papa es para nosotros un profeta de la dignidad humana en un tiempo de violencia y exclusión. Pero, por otra parte, también es un Jefe de Estado al que se le debe un respeto particular”.
El pedido de la Iglesia
Ojea luego sostuvo cuáles son los puntos que, según la Iglesia, deben prestar atención todos los candidatos a presidente que competirán en las elecciones generales de octubre. Como primer punto, expresó que es importante “el cuidado de la vida de cada uno de los ciudadanos y ciudadanas”. Y subrayó: “Para nosotros la vida debe ser cuidada desde el inicio de la concepción, pasando por todas las etapas de su desarrollo hasta la muerte natural”.
“En segundo lugar, la opción preferencial por los pobres y excluidos. En estos últimos años le hemos pedido a todos los gobiernos un Estado presente, tanto brindando seguridad como garantizando la provisión de bienes primarios para la vida humana, en particular en los barrios más humildes, el respeto por las economías solidarias, y la creación de trabajo genuino y digno, ya que el trabajo es un auténtico ordenador de la vida. Esto no es hacer ‘pobrismo’, agregó Ojea.
“Nosotros como Iglesia intentamos iluminar la conciencia de los fieles con los principios del Evangelio. Ante un acto de enorme responsabilidad, como es la emisión del voto, respetamos la voluntad popular. No avalamos a ningún candidato en particular porque no es nuestra misión y no nos corresponde. Expresamos principios que creemos puedan ser útiles para reflexionar el futuro de este pueblo que amamos y al que servimos”, expresó.
Para concluir, Ojea afirmó: “La vocación del político es transformar la realidad, hacerla más humana, para que las personas a las que sirve como político puedan desarrollar al máximo sus talentos y capacidades al servicio del bien común”.