Unas copas de más se convirtieron para la cabo Nerina Aballay (30 años) en un problema de grandes proporciones, porque terminó presa y porque su actuación en un episodio que muchos consideran "bochornoso" ahora la pone contra la cuerdas, pues enfrenta dos investigaciones: una en la Justicia (por ahora de Faltas) y otra interna tramitada en la Subsecretaría de Inspección y Control de Gestión, que repercutirá en su situación laboral.
El problema más grave de Nerina Aballay es la investigación que incidirá en su trabajo.
¿Qué le atribuyen? La versión de fuentes policiales y judiciales es que el pasado jueves, uniformados de la seccional 4ta realizaban un control de rutina en la zona de bares y boliches más nutrida de San Juan (Libertador al Oeste de Urquiza), cuando la vieron salir "a los gritos" de un bar con un grupo de personas, en Libertador y Ameghino, en Capital. Según el relato, la mujer se ofuscó cuando sus colegas se acercaron y le pidieron que se fuera. Allí les habría dicho que quiénes eran ellos para correrla, les habría remarcado que trabajaba en Robos y Hurtos (dependiente del D-5). Y partió a bordo de un Fiat Palio por Ameghino hacia el Sur, pero una cuadra y media después fue detenida. Entonces le realizaron un control de alcoholemia con un resultado comprometedor para la policía: tenía 0,9 gramos de alcohol por litro, bastante más de lo permitido para conducir vehículos (se tolera hasta 0,5).
Según los voceros, ese será el principal cargo a sortear por la cabo Aballay Olmos en la Justicia de Faltas. Pero sin duda, su frente más duro de lucha estará en Control de Gestión.