La cuarta noche del Carnaval del País, como se promociona a la fiesta anual de Gualeguaychú, terminó con algo más que plumas y vasos de cerveza en el piso. Se viralizó un video en el que la pasista Mariam Ferrari realiza un extraño baile en plena pasada de la comparsa Papelitos. Su actitud descordinada llamó la atención de quienes pagaron la entrada para el sambódromo a $ 250 y de aquellos que en la ciudad que más celebra esta época recibieron las imágenes por WhatsApp. Después del desfile, y alegando “cuestiones puramente artísticas”, la comparsa “Papelitos”, la más famosa de todas, decidió echar a Ferrari y reemplazarla en ese puesto clave.
Como las bastoneras y las reinas, las pasistas tienen un rol importante en la estructura de una comparsa. Van al final, al ritmo de la batucada y bailan frente al jurado sin parar, “como si estuvieran electrocutándose, con una energía inigualable”, explica María Agustina Díaz. Tiene 29 años y es Licenciada en Ciencia Política, egresada de la UBA. Trabaja como docente universitaria y en 2016 fue reina de la comparsa Marí Marí. “Entrenan durante años para llegar a ese puesto ya que en general hacen deportes y bailan desde muy chicas. El jurado las observa y las puntúa y luego eso se suma al puntaje general para poder ganar la competencia”, dice. “Hay que aclarar que lo que ocurrió en Gualeguaychú fue justo cuando el día no fue puntuado, ya que había llovido hasta un rato antes y por eso se decidió no puntuar”, agrega.
La noche del escándalo, en pleno desfile, los espectadores se codeaban al ver a la bailarina que encabezaba demasiado “eufórica”, en una especie de danza fuera de control. Y los comentarios en las redes no tardaron en llegar. “¿No se les dice a los bailarines que no pueden tomar mientras trabajan? Ese descontrol deja muy mal parado al Carnaval. Y ella no es la única”, fue uno de ellos.
La aclaración se hizo a través de Facebook, mediante un comunicado que decía lo siguiente: “Queremos informar y dar un marco de tranquilidad. En el día de ayer se decidió por parte de la institución realizar un cambio en el puesto de pasista, tal decisión fue de común acuerdo y respondiendo a cuestiones puramente artísticas. A partir de ese momento se comenzó a trabajar en el remplazo de tamaño puesto”.
“Nuestra nueva pasista -dice el comunicado- debía contar con ciertas cualidades: mucha valentía y entrega para asumir un rol tan importante en un momento difícil, el comienzo del Carnaval. La elección de nuestra nueva representante estuvo a cargo de nuestro director y la dirigencia de la institución, entendiendo que era la persona indicada. Agradecemos su entrega y compromiso. No es ajena a tamaño puesto y ya supo representarnos de manera ejemplar!” Acto seguido, Carla Cortina, la pasista reemplazante, saltó a la palestra. “Gracias a todos por sus lindas palabras y el apoyo que me están brindando! Y principalmente gracias a Juane Villagra y a la dirigencia de la Institución por confiar en mí y creer que puedo llegar a ser la persona que ocupe ese lugar!!! Voy a dar todo de mi desde mi humilde posición brindando mucha alegría, pasión y felicidad! Vamos papelitos!!!!”, posteó.
Pero Juane Villagra, director de “Papelitos”, dio una versión distinta. En su perfil de Facebook dijo que Ferrari había pedido perdón. “Uno en la vida debe hacerse cargo de cualquier acción realizada, cada acción tiene sus consecuencias positivas o negativas, puntualmente lo que pasó con la negra es una situación que ella se hizo y se hace cargo, lo cual para mi es suficiente, realmente me apena todo esto, me apena por ella y me apena por la comparsa”, posteó Villagra. Además, se ocupó de quienes la destrozaron por su extraño baile. “Para esta bendita sociedad prácticamente es más condenable que Nahir Galarza”, dijo.
Sobre “la negra”, como la conocen todos, agregó: “¿Se equivocó? Sí y muy feo y por eso asumió su cagada” y crítico a los que la cuestionan al afirmar que “estoy completamente seguro que no han hecho ni un 3% por el carnaval como lo hizo esta gurisa”.
Mar Ferrari, la hermana de la pasista desplazada, publicó en Facebook los mensajes que tanto ella como la bailarina recibieron después del video viral. “Alguien con más o menos energía, con alegría y con total conocimiento de tiempo y espacio… sobrepasando las malas maniobras de personas inescrupulosas (…) Te boicotearon y te soltaron la mano. Pero se va a saber la verdad”, posteó en defensa de su hermana. Y aclaró que la ahora ex pasista -también fisicoculturista- “no asumió ninguna cagada, porque no cometió tal… Acá hay otras cosas que se saben y no se hablan”.
Lo que sí se sabe es que el carnaval de Gualeguacychú, uno los espectáculos más convocantes del verano, no da tiempo prácticamente para emendar sobre la marcha. Dura sólo diez fines de semana y en ese tiempo las tres comparsas que compiten debe recuperar los siete millones de pesos promedio que invierten para salir al ruedo. Un negocio difícil, pero no imposible. En lo que va de esta temporada, que comenzó el 6 de enero, ya pasaron más de 70 mil personas. Cada una pagó 250 pesos la entrada. Y el año pasado, solamente en enero, la fiesta dejó 30 millones de pesos en la ciudad.