La vida privada de Chano es tan turbulenta como meteórico fue su ascenso a la fama. El líder de Tan Biónica, banda que en tan solo cinco años paso de tocar para un par de amigos en un bar a reunir 100 mil personas en un show multitudinario en 2012, fue noticia por varios episodios que nada tienen que ver con los escenarios.
En agosto de 2015, chocó ocho autos que estaban estacionados con su camioneta e impactó contra el portón de un garage. Los vecinos y dueños de los vehículos dañados lo atacaron y lo llevaron a la comisaría 51. Según los testimonios, el cantante no estaba en la plenitud de sus facultades y lo acusaron de estar “borracho y drogado”.
Un mes después, durante un show de la banda en el Luna Park, recibió un botellazo en plena cara. Afortunadamente, el golpe fue amortiguado por el micrófono del cantante, que se encontraba interpretando el tema “Un poco perdido”; sin embargo, él llegó a registrar el impacto y, aunque siguió adelante con la canción, le dedicó un gesto al sector desde el que surgió el proyectil.
Apenas siete meses después del escándalo que protagonizara en Belgrano, volvió a ser protagonista de un accidente de tránsito. En una noche de marzo de 2016, chocó contra un camión con acoplado en la ruta 3, km. 49. Recibió los primeros auxilios en el hospital de Cañuelas. Durante la madrugada, fue trasladado al Sanatorio Finochietto de Palermo.
En diciembre de ese año, volvió a ser noticia por un hecho extramusical. Fue internado de urgencia en la Clínica Finochietto con un cuadro de excitación psicomotora y deshidratación. Lo acompañó su madre, que fue fundamental para entregarle a los médicos un panorama exacto de lo que venía haciendo el cantante en los últimos días.
Un mes después, en enero de 2017, ingresó en el sanatorio Cantegril de Punta del Este. La noche anterior había estado en un famoso boliche del balneario uruguayo festejando el cumpleaños de Pampita, junto a Pico Mónaco y Nacho Viale, entre otros famosos. Después de que fuera dado de alta, el músico compartió un texto en su cuenta de Twitter, donde explicó que se internó voluntariamente “por precaución” y que ya estaba en “óptimas condiciones médicas” volviendo a Buenos Aires.
Ese mismo año, tuvo otra vez problemas con su auto. En una maniobra desafortunada, impactó contra dos vehículos estacionados en las calles Washington y Melián. Conducía un Citroën Crossback (patente AA513UO) y no sufrió lesiones. Fue en el barrio de Saavedra. Además, tenía la licencia de conducir vencida.
A fines de 2018, Militta Bora denunció penalmente al artista por abuso y maltrato. Ellos fueron pareja durante dos meses, en 2016, y terminaron su relación en medio de un escándalo. Ella lo acusó de golpeador y él, después de negar los actos de violencia, solo atinó a decir que se distanciaron porque “eran incompatibles”. El tiempo pasó y dos años más tarde ella dejó todo asentado en la justicia.
En abril de 2019, decidió ir a la clínica de Vida Sana Puiggari, en Entre Ríos, por su propia voluntad. Si bien al principio generó una alarma, la realidad es que buscó pasar unos días en el lugar para recuperarse del estrés que le generó un show en el teatro Gran Rex. “Fue a bajar las revoluciones, a acomodar ideas y agarrar hábitos deportivos”, le confirmó su manager, Maximiliano Rodríguez, a La Viola.
En septiembre, volvió a esa clínica. La diferencia fue que esa tuvo más restricciones que las anteriores porque no le permitieron salir al parque a hacer actividades físicas y no pudo recibir visitas, como sucedió en las ocasiones en donde su entorno continuaba a su lado.
El último incidente de Chano había sido menor: hace unos meses, el cantante empezó a hacer transmisiones por Twitch. Habló sobre “Mecha”, su flamante estreno, tocó y, también, protagonizó un accidente domestico. Sus seguidores fueron testigos virtuales de la caída aparatosa del cantante. Los comentarios giraron en torno a que no se lo veía de la mejor manera.
Talentoso, hiperactivo, popular y creativo, Chano es, para muchos, la última estrella de rock argentina. Ahora, una vez más, las noticias hablan de él por algo que no tiene que ver con lo artístico.