La minera chilena Los Pelambres propuso retirar la escombrera que armó en suelo calingastino sin autorización argentina en 10 años, pero para la gestión uñaquista el plazo es excesivamente extenso, por lo que expuso su rechazo y apuesta a que la remoción total se haga en tres años. La posición sanjuanina fue compartida por Cancillería, en un encuentro en el que representantes nacionales y autoridades locales mantuvieron a fines de la semana pasada y cuyo análisis trascendió ayer. Las conversaciones continúan abiertas, ya que fuentes calificadas señalaron que notaron predisposición de la empresa trasandina en llevar adelante dicha tarea, la que ya ha mantenido contacto con funcionarios del Ministerio de Minería local y continúa con el puente diplomático con la cartera de Relaciones Exteriores de su país. El objetivo es que la movida comience este verano, entre diciembre y enero.
El jueves salió a la luz que Los Pelambres había presentado por primera vez un plan de retiro, el cual fue anunciado por funcionarios de Cancillería argentina en el Senado. La iniciativa no fue casual, ya que sobre la minera chilena pesa una orden del juez Federal Leopoldo Rago Gallo de sacar la montaña de escombros. No solo eso, ya que están imputados tres exgerentes generales, Ignacio Cruz Zabala, Alberto Cerda Mery y Robert Mayne-Nicholls, y el director Ejecutivo de Antofagasta Minerals, el grupo que controla Los Pelambres, de los delitos de contaminación y usurpación de agua y suelo. Los mismos corren el riesgo de tener una condena en su contra.
Ya el ministro de Minería, Alberto Hensel, le había adelantado a este medio que le iban a exigir a la compañía trasandina que saque las 40 millones toneladas de rocas en cinco años como máximo, teniendo en cuenta que ese fue el plazo que le llevó construir la escombrera en territorio calingastino, de 2007 a 2012. Pero trascendió que la provincia va por más y pone todas las fichas a que sea en tres años. Según las condiciones climáticas del lugar, las tareas de extracción pueden realizarse en 10 de los 12 meses del año. En ese marco, los 10 años de trabajos que propuso Los Pelambres fueron descartados, indicaron las fuentes.
De la reunión que tuvieron funcionarios de Cancillería con Fiscalía de Estado de la provincia y el Ministerio de Minería salió a la luz que la minera ya tiene identificada la zona en Chile en donde depositará los escombros que tiró en la provincia, la cual está a unos 13 kilómetros de la mina que explota en el vecino país. Según las fuentes, la gestión uñaquista también quiere que se instalen cámaras, como se hizo en el emprendimiento Veladero, para monitorear y supervisar el retiro. Además, ya se están analizando las tareas de mitigación durante el retiro, como la colocación de una capa de material para evitar infiltraciones de agua.
Todo se aceleró con una pericia que encargó Rago Gallo, la cual estableció que la escombrera contamina lagunas cordilleranas, es un foco de generación de drenaje ácido y metales pesados, y que estos últimos podrían afectar los suelos y las napas. El peligro además radica en que las aguas que bajan de la escombrera pueden confluir en el río Carnicería, uno de los afluentes del San Juan. El magistrado también tiene en la mira a directivos de Glencore, cuya empresa es dueña del terreno donde se armó la escombrera y que aún da pelea judicial (Ver página 3).
De baja
Acuerdo fallido
El Gobierno había bajado un acuerdo al que había arribado con Los Pelambres para aislar la escombrera hasta que se decidiera su retiro. ¿El motivo? En la minera chilena dieron a entender que no iban a sacar los residuos.