Es arriesgado visitar hoy a España. Y la ecuación se complica aún más sin Lionel Messi, que no pudo jugar por una molestia en el aductor derecho. Aunque ni el hincha más pesimista hubiese imaginado la diferencia que hubo entre un equipo y el otro en el estadio Wanda Metropolitano de Madrid.

 

España tiene todo lo que Jorge Sampaoli pretende para Argentina. De menor a mayor lo fue triturando, con su idea a pleno de juego asociado, movilidad y una autoridad para jugar que apabulla.

 

El 6-1 es un cachetazo a la realidad de la Argentina de cara al Mundial de Rusia, la cita tan esperada. Otra vez se abren los interrogantes, nuevamente entrarán en discusión apellidos, posiciones, roles y, lo más importante, la lista de 23 jugadores para la Copa del Mundo.

 

Quedó claro desde el primer minuto. España hace gala de la tenencia de la pelota, de triangulaciones, toques cortos, paciencia y juego colectivo en cualquier sector de la cancha. Y de una efectividad apabullante, que derrumba hasta a las mejores intenciones.

 

La Argentina quiere llegar a ser eso. Apunta a que su idea se parezca a la española aunque, claro está, no tiene la misma característica de jugadores ni el tiempo suficiente de trabajo.

 

A pesar de las falencias, de arranque el equipo de Sampaoli salió a jugar con una saludable intención de plantarse de igual a igual.

 

Tocando desde el fondo, desde Sergio Romero, pasando por los laterales Bustos y Tagliafico. Con Lo Celso partiendo desde la derecha y Maxi Meza en la otra banda. Ever Banega fue el volante más suelto, casi de enlace como lo hace en Sevilla.

 

La diferencia en el primer tiempo estuvo más en las áreas que en la elaboración. Porque Argentina había hecho bien la tarea pero en las dos chances de gol que tuvieron los españoles marcaron y pusieron el partido cuesta arriba.

 

En cambio el equipo nacional no pudo cuando estuvo de cara al arco rival. La situación más clara fue a los 7 minutos con el partido todavía sin goles. Un centro cruzado desde la izquierda de Meza que definió mal Gonzalo Higuaín en la boca del arco.

 

Luego fue el propio Meza el que entró en pared al área y cuando iba a definir se encontró con un cierre sensacional de Sergio Ramos.

 

El local fue pura contundencia. Con pases filtrados y toques a la red. Así fue el 1-0 de Diego Costa, que definió bien ante la salida de Chiquito Romero y en el envión chocó con el arquero, que debió dejar la cancha con dolores en la rodilla derecha.

 

El 2-0 fue un pase que cruzó toda el área, de derecha a izquierda. Centro de Carvajal y gol de Isco ante la desatención de Fabricio Bustos y Otamendi que no llegaron a cerrar.

 

España daba una clase de efectividad. Y Argentina, sin hacer un mal primer tiempo, quedaba muy lejos en el resultado. Con el 2-0 España tuvo su ráfaga de fútbol total. Una seguidilla de pases para mover la pelota por toda la cancha que dejaba al equipo de Sampaoli corriendo sin rumbo y padeciendo el partido.

 

Hasta que una pelota detenida le devolvió la esperanza. A los 38 minutos, un córner desde la izquierda de Ever Banega encontró el salto perfecto de Otamendi, que cabeceó de pique y la puso contra el poste derecho de De Gea.

 

En el segundo tiempo todo se derrumbó. Y España dio una clase de fútbol. Aprovechó al máximo los desacoples defensivos del equipo de Sampaoli y armó su propia fiesta.

 

A los 7 minutos Isco volvió a aparecer y puso el 3-1 ante una salida apurada de Willy Caballero. Y enseguida, a los 10 golpeó nuevamente el local con una brillante triangulación defensiva en la puerta del área que coronó Thiago Alcántara con un derechazo seco contra el palo.

 

España filtra a las defensas a puro toque. Dejó al desnudo la inexperiencia de Bustos y la falta de entrenamientos de la dupla Otamendi-Rojo. Tampoco pudo contener los avances Tagliafico por izquierda. Y no cubrieron los espacios hacia atrás ni Biglia ni Mascherano.

 

El combo fue explosivo para el equipo nacional que sufrió un golpe tremendo pensando en lo que viene. La goleada Española se coronó con un gol que demostró lo que fue el partido para Argentina. Un saque de arco de De Gea fue un pase de gol para Iago Aspas, que entró solito por el medio de la defensa argentina.

 

Y el golpe final lo dio Isco, el premio a la gran figura de una jornada soñada para los españoles. Para Argentina habrá que barajar y dar de nuevo. Las dudas reaparecen tras el buen triunfo ante Italia. España elevó la vara y le enrostró a la Selección que todavía tiene muchos interrogantes para responderse si quiere llegar al Mundial con sueños de ser campeón.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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