La vida me regaló trabajar con los infantes y adolescentes desde hace 27 años, también con los papás y mamás. Prestar una atención a sus palabras y captar sus anhelos en relación a los hijos, así como las preocupaciones que los aquejan en el contexto actual, ha sido mi privilegio. Es por esta razón que deseo plasmar fielmente las voces que escucho. En esta jornada tan especial, Día de las Infancias, me encantaría que unamos fuerzas para descubrir respuestas conjuntas y respaldar a nuestros chicos con la plenitud y vivacidad que la vida puede ofrecer, procurando su bienestar integral en la medida de lo posible.
¿Y si hacemos un diálogo imaginario de lo que voy escuchando y me van preguntando?
Silvana (S): – ¿Cuál es el anhelo que tienen para sus hijos?
Padres y Madres (PyM): ¡Queremos que sean felices!
S: ¿Y qué significa la felicidad para ustedes?
PyM: Deseamos que no sufran, que tengan las herramientas para enfrentar los desafíos de la vida.
S: Entiendo que deseamos evitarles el sufrimiento, pero es importante reconocer que es parte de la experiencia humana. Necesitamos prepararlos para la realidad de la vida; los jóvenes pronto comprenden que vivir no siempre es sencillo. La infancia y la adolescencia son etapas cruciales de desarrollo, y como adultos, nuestra presencia y acciones influyen en su futuro. Por ello, debemos estar preparados y presentes.
PyM: Criar a los hijos puede ser abrumador en ocasiones, especialmente en este contexto social e histórico en el que están creciendo.
S: Comprendo que no es una tarea fácil, pero es importante conectarnos con el verdadero propósito de la crianza: trascender a través de nuestros hijos. Aunque conlleva dificultades, también nos brinda gratificaciones significativas. Los hijos son como la frase "traen panes", nos regalan satisfacciones únicas, que tal vez no obtendríamos de ninguna otra manera. Ellos representan nuestra proyección, nuestro futuro y sentido de vida. Debemos encontrar el disfrute en esta experiencia; los niños y adolescentes infunden vida y energía en nosotros. La crianza, muchas veces, es menos complicada de lo que imaginamos. No implica abandonar nuestra propia identidad, sino más bien es una oportunidad para encontrarnos a nosotros mismos. Es una nueva forma de sanar nuestro pasado y continuar creciendo. La crianza puede ser hermosa y gratificante.
PyM: Pero este momento nos enfrenta a desafíos completamente nuevos, cosas que nosotros nunca vivimos. ¿Cómo podemos guiar a nuestros hijos en este entorno?
S: Es cierto, estamos inmersos en una era de cambios acelerados, una auténtica revolución tecnológica. La inteligencia artificial ya es parte de nuestro mundo, simulando funciones humanas y presentando ventajas, pero también riesgos considerables. Nuestros hijos y adolescentes deben prepararse más que nunca para un futuro incierto, ya que existe un peligro real de que lo esencialmente humano se pierda en el proceso. Es crucial fomentar en ellos el pensamiento crítico y la educación emocional.
PyM: A menudo nos preocupa lo que se avecina, pasan tanto tiempo en teléfonos, tablets y computadoras. A veces rechazan otras actividades, se aburren fácilmente y están irascibles.
¿Qué podemos hacer al respecto?
S: Según los especialistas, en promedio los jóvenes pasan alrededor de 9 horas al día en dispositivos tecnológicos. Esto ha demostrado tener impactos reales, afectando su atención (la cual se dispersa), el desarrollo del lenguaje, la memoria, la creatividad y la capacidad para lidiar con la frustración, ya que la tecnología proporciona una gratificación inmediata. Muchos adolescentes enfrentan estados de ánimo bajos, ansiedad, dificultades alimenticias, bajo rendimiento académico y problemas para proyectarse en el futuro.
PyM:¿La tecnología es peligrosa entonces? ¿Qué medidas debemos tomar?
S: La tecnología en sí misma es una herramienta, un medio para aplicar conocimientos científicos y mejorar la vida cotidiana y la calidad de vida. Su peligro radica en el uso excesivo, inadecuado y en la exposición a contenidos no apropiados. Los niños y adolescentes se encuentran en etapas cruciales de desarrollo, etapas sensibles en las cuales necesitan adquirir habilidades humanas esenciales para funcionar como adultos saludables. El abuso de la tecnología está obstaculizando este desarrollo, limitando su potencial humano completo. Es vital tomar conciencia y actuar al respecto. Esta es una preocupación seria; de lo contrario, podríamos enfrentar un futuro con jóvenes frustrados y dependientes de máquinas, perdiendo valiosas capacidades.
PyM: Entonces, ¿no podemos permitir que nuestros hijos se entreguen sin restricciones al uso de la tecnología?
S: No, por favor. Si deseamos ver a nuestros hijos experimentar felicidad y plenitud, es crucial prestar atención a las orientaciones de numerosos especialistas en este campo. Esto implica limitar el tiempo que pasan utilizando la tecnología, supervisar los contenidos a los que acceden y ejercer control sobre lo que consumen. Es importante evitar contenidos violentos o sexualizados.
PyM: ¿Nos estás sugiriendo que hay recomendaciones con respecto al tiempo de uso de la tecnología por parte de los especialistas?
S: Sí, ciertamente. Hasta los dos años, se sugiere evitar por completo el uso de tecnología. Entre los dos y los seis años, se recomienda limitar el tiempo a media hora diaria. Hasta los doce años, un máximo de una hora al día, y durante la adolescencia, se puede extender a dos horas.

PyM: Pero, ¿no corren el riesgo de quedar desconectados y al margen de lo que el mundo propone si no interactúan con la tecnología?
S: En realidad, sucede lo contrario. Al limitar el acceso a la tecnología, los niños desarrollarán habilidades y capacidades intrínsecamente humanas a través de la experiencia directa y el contacto interpersonal. Esto incluye la capacidad de pensamiento crítico y la gestión de emociones saludables. Posteriormente, podrán adquirir habilidades tecnológicas, las cuales son relativamente fáciles de aprender. Esto les permitirá manejar la tecnología de manera competente en lugar de ser controlados por ella.
PyM: Nos preocupa que sea complicado que respeten las normas y límites en lo que respecta a la tecnología. ¿Qué acciones podemos tomar al respecto?
S: En primer lugar, es fundamental que tomemos conciencia de los riesgos que enfrentan nuestros hijos en relación con la tecnología. Desde temprana edad, debemos inculcar en ellos el concepto de un uso responsable de la tecnología. Si nosotros mismos servimos como modelos a seguir y les brindamos una educación gradual sobre el tema, estarán más dispuestos a aceptar y respetar los límites establecidos. Los niños deben comprender que nuestras restricciones provienen del deseo de protegerlos y cuidar de su bienestar. A medida que internalizan esta comprensión, comenzarán a aceptar las normas y, con el tiempo, desarrollarán autodisciplina. Mantengamos el ánimo: ¡es completamente posible lograrlo!
PyM: Muchos de nosotros, como padres, nos quejamos de las dificultades actuales, de un futuro incierto, lleno de cambios rápidos. ¿Qué podemos hacer para abordar esto?
S: En mi opinión, más que nunca, necesitamos mantener viva la esperanza y transmitirla a nuestros hijos. Aunque enfrentamos un presente desafiante, todavía podemos cultivar experiencias humanas en nuestros hijos, como el afecto y el disfrute de las pequeñas cosas que hacen que la vida valga la pena. Podemos sembrar en ellos recursos valiosos: enseñarles a pensar críticamente, a manejar sus emociones de manera saludable, a desarrollar habilidades sociales y resolver problemas. Es esencial confiar en nuestra labor como padres y en la siembra que estamos haciendo. Los niños captan nuestra confianza y dedicación. Debemos mostrarles con esperanza que, aunque el mundo no sea perfecto, podrán vivir plenamente su humanidad y encontrar la "felicidad", que tanto deseamos para ellos.
¡Feliz día a nuestro seres más hermosos, que son nuestro futuro: los niños y niñas!
¡Feliz día a cada niño y niña que llevamos internamente. Hoy regalate disfrutar la vida con tus niños y con tu niño interior. Todo mi afecto.
Por Silvana Bellotti
Lic. en Psicología
Magister en Minoridad y familia
Mamá de 4 hijos
