Estados Unidos manifestó hoy su “decepción” con la Argentina tras el voto de abstención en la condena a Nicaragua motorizada por Washington en la Organización de Estados Americanos (OEA).
“Nos decepcionó que la Argentina no se sumara a los 26 estados miembro que votaron la resolución de la OEA sobre Nicaragua”, dijo a Infobae un funcionario del Departamento de Estado. “Pero recibimos con satisfacción sus esfuerzos para instar a Nicaragua a liberar a los presos políticos y promover elecciones libres y justas”, añadió la fuente de la cancillería estadounidense.
Este martes, la Argentina se abstuvo de condenar las violaciones a los derechos humanos cometidos por la dictadura sandinista durante el tratamiento de un proyecto de resolución en la Organización de Estados Americanos (OEA). La condena fue aprobada por 26 países, entre ellos Estados Unidos, Chile, Colombia y Perú. Votaron en contra Nicaragua, Bolivia y San Vicente.
La Casa Rosada compartió su voto de abstención con Belice, Dominica, Honduras y México. Y otra vez, como sucedió en la ONU con su posición sobre los ataques terroristas de Hamas contra Israel, Argentina quedó por afuera de sus socios del Mercosur: Brasil, Uruguay y Paraguay condenaron al régimen de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo.
La “decepción” de Estados Unidos con Argentina se hace pública en medio de la gira de Sergio Massa, presidente de la Cámara de Diputados, por Washington y Nueva York. Massa estuvo esta mañana en el Departamento de Estado en una reunión con altos responsables del organismo. Según supo Infobae, en el encuentro, previo a la votación en la OEA, se le hizo saber a Massa que Estados Unidos esperaba el acompañamiento de Argentina en la condena a Nicaragua.
“Hicimos hincapié en nuestro deseo de seguir aprovechando la historia de cooperación entre Estados Unidos y Argentina en la promoción de los derechos humanos y la democracia”, dijo el alto funcionario.
La postura de Argentina ya era claramente diferente a la de Estados Unidos respecto del régimen de Nicolás Maduro en Venezuela. Se esperaba, así, que el gobierno de Alberto Fernández compensara la comprensión de Estados Unidos acerca de esa divergencia y se plegara a la abrumadora mayoría regional que condenó al régimen de los Ortega en Nicaragua. No fue así.
El canciller argentino, Felipe Solá, habló del principio de “no injerencia en los asuntos internos” de otros países para justificar la abstención. Una postura que no es comprendida en Washington. El Departamento de Estado había advertido ya la semana pasada ante Infobae que esperaba de Argentina una postura consistente en lo que se refiere a los derechos humanos: “(Hay) algo importante: la protección y la promoción de los derechos humanos en las Américas, eso es lo que sigue guiando nuestra política y nuestra relación con Argentina”.