El 2019 fue el período con menor actividad del Congreso Nacional de los últimos ocho años, con sólo 15 sesiones y 37 leyes sancionadas.

Así lo determinó un informe de Directorio Legislativo, que indicó además que la poca performance parlamentaria no responde sólo a que se trató de un año electoral, sino también al “deterioro de la capacidad del oficialismo, desde fines de 2017, en conseguir los votos necesarios para sancionar leyes de su interés”.

Paradójicamente, noviembre fue el mes con más actividad en términos de sanción de leyes, ya que en ese lapso la Cámara de Diputados aprobó 18 leyes mientras que en los meses previos se sancionaron 19 proyectos entre ambas cámaras.

En cuanto al origen de las leyes sancionadas, el 78% provino del Poder legislativo, mientras que el 23%, surgió de proyectos enviados por el Ejecutivo. “A su vez, de las leyes aprobadas del Poder Legislativo, el 55% tuvo origen en proyectos presentados por legisladores opositores”, indica el informe de Directorio Legislativo.

Entre los principales temas que se convirtieron en leyes se encuentran algunos relacionadas con la cultura y el patrimonio, que suelen responder a iniciativas provinciales, y declaraciones de emergencias de cadenas productivas regionales y una declaración de emergencia alimentaria.

 

Comparación entre el período 2012-2015 y 2016-2019

 

Durante el segundo gobierno de Cristina Fernández de Kirchner se sancionaron 510 en 136 sesiones, con un promedio de 34 sesiones al año. El 10% de las iniciativas sancionadas partió de la oposición, mientras que el 44% fueron proyectos enviados al Parlamento por el Poder Ejecutivo.

En tanto, durante la presidencia de Mauricio Macri se sancionaron 72 leyes en 119 sesiones, con un promedio anual de 30 sesiones. El 45% de las leyes fue producto de proyectos impulsados por la oposición, mientras que el 29% las promovió el Gobierno.