Doble trabajo. Ayer, en la Fiesta Provincial del Chivo, los asadores cocinaron los animales en dos tandas. Este año asaron 80 chivos y encendieron el fuego a las 4 de la madrugada para tener brasa suficiente.

 

Los chivos aún no habían comenzado a dorarse ni a emanar el delicioso aroma a chimichurri y varios de ellos ya tenían dueño. Es que este año, la gente optó por pagar por adelantado para no quedarse sin degustar este plato. Sucedió ayer durante una nueva edición de la Fiesta Provincial del Chivo, en La Majadita, Valle Fértil. Unas 1.500 personas participaron del evento que se realizó en el predio de la capilla del pueblo.

A las 11 la gente comenzó a ingresar al predio y lo primero que hizo fue ir hasta la caja a pagar por un chivo, entero o por la mitad, aunque aún faltaba más de una hora para completar el proceso de asado a las brasas. Y hasta se dio el gusto de elegirlo a su preferencia. De paso, los comensales se quedaron junto al fuego para escuchar el relato de Don José Molina, que desde hace siete años se encarga de asar estos animales para la fiesta. "El secreto para que el chivo alcance el punto justo de cocción y no quede demasiado seco, es asarlo despacito y con paciencia. El asado debe durar como mínimo dos horas y media", explicó el hombre ante el asombro de los espectadores, especialmente de los turistas que llegaron desde Buenos Aires y que jamás vieron asar chivos.

A la media hora de que el predio abrió sus puertas, ya había 15 chivos reservados. Esto hizo que los organizadores, previendo una alta demanda, encargaran a los asadores que comenzaran con la puesta de la segunda tanda de chivos. Y no se equivocaron en tomar esta medida. Es que pasado el mediodía, el predio se colmó de gente que tuvo que formar largas filas para comprar un chivo. La entrega no fue inmediata porque los de la segunda tanda aún no estaban en su punto justo. De todos modos, la espera no incomodó a los comensales, ya que decidieron comer unos pasteles recién fritos mientras tanto. Otros, prefirieron probar la chanfaina, principalmente los visitantes que desconocían esta receta y que quisieron probarla.

El clima agradable acompañó el desarrollo de la fiesta. Si bien en la mañana temprano el frío se hizo sentir, después del mediodía el sol comenzó a calentar el ambiente. En plena siesta, el calor se fue intensificando y la gente buscó refugiarse bajo las pocas sombras que había en el lugar. Nadie se fue del predio por este inconveniente. Todos se quedaron hasta el final del evento para poder deleitarse con la música y baile de los artistas que desfilaron por el escenario mayor durante la tarde.

 

ALGUNOS DETALLES

 

Arduo trabajo

Una semana antes de la fiesta, las vecinas de La Majadita comenzaron a preparar las masitas y el relleno para los pasteles. Es que para esta edición prepararon 4.000 pasteles para vender a 150 pesos la docena.

 

Feria artesanal

Fuera del predio de la capilla donde se desarrolló la fiesta, se instaló una feria con artesanos y productores que ofrecieron desde embutidos y dulces caseros hasta camperas y limas, frutas típicas de Valle Fértil.

 

El arte local

La apertura de los espectáculos musicales estuvo a cargo de Enrique "Chuschín" Cortez, cantante de Valle Fértil que presentó su primer trabajo discográfico. Se llevó la ovación de todos los presentes.

 

Entre amigos

Muchos eligieron participar de la Fiesta del Chivo para celebrar el Día del Amigo que se conmemoró ayer. Concurrieron matrimonios amigos, grupos de hombres y mujeres solos para festejar su amistad, apostando a la tradición.

 

Para el recuerdo

Muchos de los participantes de la fiesta se dedicaron a filmar con sus teléfonos las distintas actividades, desde el asado de los chivos hasta los espectáculos artísticos. Los más entusiasmados fueron los turistas.

 

CLAVES

 

  • Una gran asistencia

Más de 1.500 personas participaron de la nueva edición de la Fiesta Provincia del Chivo, en Valle Fértil. La mayoría llegó pasado el mediodía, luego de que el sol comenzara a hacerse sentir. Todos contaron con mesas y sillas para disfrutar de la jornada cómodamente. Algunos llevaron sus propios asientos para ubicarse donde eligieran.

 

  • Con asistencia perfecta

Ricardo Vargas y su esposa, Gladys Ochoa, son de Pocito. Asisten a la Fiesta Provincial del Chivo desde que se realizó la primera edición hace 16 años. Dijeron que lo que más les gusta de este evento no es sólo la posibilidad de comer un exquisito chivo, sino también disfrutar de una jornada en medio de un bello paisaje natural.

 

  • De Buenos Aires al Valle

Carlos Tinghitella y su esposa, Alicia Correa, llegaron a la Fiesta del Chivo por casualidad. Viven en La Matanza, Buenos Aires, y vinieron a San Juan para conocer Ischigualasto. Cuando arribaron a Valle Fértil se enteraron que había una fiesta donde se podía comer chivo asado, algo que nunca hicieron. Les gustó tanto que volverán el año que viene.