El grupo humorístico conformado por Miguel Del Sel, Dady Brieva y Chino Volpato -que hace poco regresó a los teatros después de un largo parate- volverá a San Juan el próximo 24 de noviembre, de la mano de Midachi Kindon, un paseo por los personajes hilarantes y las imitaciones de artistas famosos, como también de los protagonistas de muchas películas de superhéroes. Es un show que vendrá, además, con varios recursos tecnológicos, desde la puesta de luces, sonido surround 5.1, mapping, proyecciones, apuntalando el mismo humor que los ha caracterizado durante 34 años. De este presente artístico y otros temas habló Del Sel con DIARIO DE CUYO.

 

DATO  :  Midachi Kindon. Viernes 24, 21.30 hs, Estadio Cubierto Aldo Cantoni, con un show multimedia renovado. Entradas desde $400 a $1.200 en Data y en www.misentradasdata.com.

– ¿Cómo viven este regreso de Midachi?

– Este año nos encontró en una forma bárbara y es bueno porque nos queda mucho por hacer. Las giras son caras, porque tratamos de hacer dos o tres lugares a la vez, ya que movilizamos equipos, personas, un colectivo, un camión… La pensamos bien, de lo contrario no nos rinde y no trabajamos para perder. Tenemos un show muy potente, agradable y capaz de sacarle muchas risas a la gente. Después de la separación que duró unos 6 años, este retorno es formidable.

 

– ¿Cómo definís esta etapa?

– Nosotros hemos vivido del humor, somos uno de los grupos que más ha trabajado la mayor cantidad de shows en el país. Pueblo por pueblo, conquistamos Córdoba, Rosario, Mar del Plata, Buenos Aires y los grandes medios de comunicación. Con Mirtha, con Susana y con Tinelli, nos hicimos famosos con una popularidad tan grande que nos hizo muy bien. Ahora estamos aplomados y muy divertidos. Para un humorista, si no está feliz y bien anímicamente, no puede hacer reír a nadie. Cada función que hacemos es como el primer día.

 

– ¿Por qué no se agotan?

– Quizás eso lo deba responder el público. Creo que existe un cariño especial para con nosotros, porque jamás los engañamos. Cada espectáculo ha sido mejor que el anterior. Nos actualizamos en lo musical, en las imitaciones, en los números y aunque sigan los personajes fundamentales como Mercedes Sosa, la Tota, Drácula y la Pochola, aparecen también cosas nuevas. La gente tiene la garantía que va algo que seguro lo hará reír de estos tres tarados, tres locos y que la pasará muy bien. Eso no falla, por suerte.

 

– ¿Cuál fue el detonante para reflotar a Midachi?

– Empezó cuando los chicos me visitaron en Panamá unos días y la idea del regreso tomó más forma. Volví al país, estaba nervioso porque hacía 6 años que no actuaba. Pero a los pocos días me di cuenta que funcionaba muy aceitado, como en nuestras mejores épocas.

 

– ¿Es un regreso definitivo?

– Por lo pronto en el 2018 seguiremos juntos, falta salir al exterior, tenemos propuestas para ir a España, Miami, Paraguay, Colombia, Panamá, donde estuve como embajador y que me conocen por Showmatch, visitar el sur y localidades más chicas que tranquilamente sabemos que llenaremos esas salas. Falta aún mucho por recorrer y nos esperan con los brazos abiertos.

 

– ¿Volverán a la tele?

– Tenemos ofertas para hacer televisión, un programa parecido al que hicimos antes, Midachi TV. Pero con el teatro, hay Midachi para rato. Uno busca la felicidad en la vida y Midachi nos hace feliz.

 

– ¿Y la carrera política?

– Creo que valió la pena mi participación. Estoy feliz de haber contribuido al cambio que necesitaba la Argentina. Estaba harto de los corruptos y de los vivos, hoy se demuestra con las causas judiciales que se ven día a día. Esto se da porque la gente honesta se anima a participar. Cuando los lugares no se ocupan por la gente honesta, lo terminamos pagando caro, ya que entra gente que busca de la política hacer un negocio. Me amargué, perdí plata, pero eso fue secundario porque no me quitó la alegría de haber ayudado a este triunfo y sé que en el futuro, el país va a estar mucho mejor. Me metí en política para ayudar, no para beneficiarme. No fue fácil y hay que bancársela.

 

– Y ahora, ¿lo dejarías todo por Midachi?

– Midachi es una forma de vida. Los tres somos felices arriba del escenario. Hay otras cosas que me apasionan. Soy productor ganadero, me gusta la vida del campo y mi experiencia como embajador fue fantástica.

 

– ¿De qué hablan con Chino y Dady en la mesa de café?

– Nos respetamos ante todo. Dady es de Colón, yo de Unión. Él es kirchnerista y yo no. Cada uno es libre de pensar como quiere. Pero eso no hace a la pelea. Algunas gastadas hay por ahí, pero no pasa a mayores. Somos anteriores a Kirchner y Macri. Discutimos de política, pero no la pelea tonta, porque no tiene sentido. Ambos perdimos padres, familiares, estuvimos presentes en los nacimientos, hemos compartido una vida donde la política no tiene nada que ver. Que uno sea de un partido y yo de otro, no modifica el cariño que nos tenemos. Chino está más de mi lado, pero se mantiene al margen, cree que la discusión de política o de religión está marcada por la realidad. Los tres tenemos el mismo objetivo: que el país sea feliz; que haya paz; que los hijos estudien; que todos tengan viviendas; que los jubilados cobren bien; que tengamos sueldos altos; que se termine la droga; que la sociedad sea mejor; que la obra pública ayude a progresar. ¿Quién no desea eso? El que no quiera esas cosas para su país, es un tarado.