Considerada una de las bandas tributo a Soda Stereo que ha generado mayor impacto dentro y fuera del país, Sobredosis de Soda arriba hoy por primera vez a San Juan (21.30, Teatro Sarmiento, entradas entre $350 y 500), para invitar a los seguidores del inolvidable trío a "Un viaje en el tiempo", tal es el nombre del nuevo show. "Aceptar la fantasía de dejarse llevar por la música y vivirlo como si fuera un concierto de los Soda’, dicen, sin dejar de lado su propio aporte. Un viaje sustentado en la admiración y el respeto, como subraya en charla con DIARIO DE CUYO Mariano Albergoli, frontman (dato nada al margen, con un color de voz muy similar al de Cerati) de la banda oriunda de Buenos Aires que completan Pablo Gillari Ces y Ezequiel Pérez Casas, quienes hace 13 años empezaron este camino que ha llegado adonde jamás imaginaron aquellos jóvenes amigos súper fans de Soda. 

– ¿Cómo es el Soda de Sobredosis?

– Es recorrer aleatoriamente las distintas épocas de Soda Stereo, sin quedarse sólo en los grandes hits. Y de alguna manera, también los traemos al presente porque a la propuesta visual y escénica, en vez de copiar lo que se hizo igual hace 20 años, tratamos de darle condimentos modernos. Jugar a cómo sería un show de ellos hoy, pensando en darle siempre cosas nuevas al público. 

– Dicen que ustedes son la banda tributo número uno… ¿Vos qué decís?

– Creo que es un show muy genuino, desde el tiempo que hace que estamos. Creo que eso de "Banda número uno’ viene por lo que el público te hace sentir, porque lo que genera la banda en la gente, que es lo que le da sentido. El público sabe que no somos ellos tres, pero lo vive como si fuera un show de Soda. Lograr ese viaje es lo que genera semejante elogio. Y otra cosa, interna de la banda, es que somos tres pibes muy fanáticos de ellos, pero en vez de hacer un tributo tradicional que imita hasta el más mínimo detalle, tratamos de hacerlo en primera persona y dándole espontaneidad de los conciertos. 

– ¿Hay que creerse un poquito Soda?

– No, creerse Soda no, sí tener presente siempre su historia, lo que generó y saber que no podés fallarle. Y disfrutarlo, mostrarle a la gente que te gusta lo que estás haciendo y que esto no es oportunismo…

– Es una crítica frecuente a los tributos…

– Yo tengo un amigo que cuando nos criticaban me decía "Bueno, cerremos el Colón entonces, porque ahí se toca música de músicos de hace 200 años’ (risas) Es un poco fuerte, pero la idea es que la buena música se va a seguir tocando siempre. Aparte de estar hace 13 años, si hubiéramos sido oportunistas, hubiésemos aprovechado situaciones que se generaron y rechazamos porque nos incomodan…

– ¿Por ejemplo?

– El día que murió Gustavo yo estaba en casa muy triste, llorando. Mi mujer atendió el teléfono y era el productor de un canal grande de aire, de un noticiero, para que fuera a tocar. Mi mujer le digo "Mirá, no creo que tenga ganas, él está mal’. Y el tipo le contestó "Vos tenés que explicarle que ahora es el momento que tiene que aprovechar’. Esas son las cosas con las que no transamos. Tampoco usamos fotos de ellos en nuestros diseños. Y en los shows hay mucho respeto, desde lo que nos exigimos y exigimos para la calidad de los conciertos. Atrás de esto hay un equipo que pone mucho amor, no va solo atrás del dinero.

 

 

– ¿Benito Cerati los ha visto, dijo algo, te llegó algún comentario?

– No que sepamos. Y uno no fuerza esas cosas. Calculo que si algo no le hubiera gustado, lo hubiera dicho… Tal vez tampoco le fascine, pero creo que el silencio a veces está bueno. Quizás si el día de mañana lo conozco, me diga si le gusta o no. Sí sé de alguno de ellos, como Zeta, que cuando ven el respeto, te lo agradecen. 

– ¿Cuando arrancaron visualizaban esto?

– No, ni cercano. El show estaba más preparado para un evento privado o un casino o un bar… En muchos lugares incluso no te daban mucha bola. Y de a poco se fue transformando en un lugar de reencuentro, de recuerdo, que en aquel momento era impensado, pero no es que había un plan. 

– ¿Cuándo pasaron de ser música de fondo de un bar a una banda de escenario?

– En 2014 hicimos cuatro teatros Vorterix de 1.500 personas y ahí nos dimos cuenta que el show ya estaba transformado. Era como decir "guau’. El Samsung estudio, pasar a La Trastienda… ahí el show tomó una dimensión mayor…

– ¿Sienten como que Sobredosis tiene alguna "misión’?

– No sé si esa es la palabra, pero te das cuenta que hay muchos jóvenes que descubren a Soda más allá de sus padres y se hacen fanáticos y buscan el vivo. Ese es otro lugar que nos ha dado la gente, y moviliza.