Un terrible asesinato tuvo lugar en el estado brasileño de Rio Grande do Sul. Una madre estranguló a su hijo hasta matarlo porque el pequeño se quedaba hasta altas horas de la noche jugando con el teléfono celular. El niño tenía 11 años y la policía encontró su cuerpo luego de que la mujer confesara el crimen.
El hecho sucedió el pasado mes de mayo y la madre fue identificada como Alexandra Dougokenski. En un principio, la mujer aseguró ante la policía que el pequeño había escapado a raíz de una pelea familiar. Pero más tarde aceptó que lo había asesinado.
Semanas antes de su muerte, el niño había escrito un poema para su madre. Allí, le expresaba todo su amor y le agradecía por cuidarlo tanto a él como a su hermano.
A raíz del primer testimonio, la policía lanzó una búsqueda exhaustiva. Intentaron encontrar al pequeño en las inmediaciones de la casa en la que vivía junto a su madre y a su hermano. En el recorrido participaron familiares y amigos. Al confesar el crimen, Dougokenski dijo: “Ya no podía vivir con la mentira”.
Finalmento, encontraron el cuerpo sin vida del niño el pasado 25 de mayo, dentro de una caja de cartón. La misma, había sido depositada en el garage de un vecino, a pocos metros de la propiedad en la que vivía el niño asesinado.
El cadáver estaba envuelto en una sábana y con una bolsa de plástico en la cabeza.