Dicho y hecho
Fue una fiesta, y realmente había mucho que festejar, 30 años, muchos años de trabajo simplemente como fruto de una amistad; (amistad: relación de afecto, simpatía y confianza que se da entre personas que no son de una misma familia), pero también había otro motivo para festejar, una vez más la entrega de un nuevo edificio: María Auxiliadora II, y esta vez, 6 meses antes de lo pactado contractualmente (ya se está haciendo costumbre).
“La suerte y la casualidad no existen, por eso la pandemia (¿nos asustó tanto?) nos forzó a planificar, organizar y extremar los esfuerzos, así nos dispusimos, esperando lo peor, y el resultado gracias a Dios, está a la vista”.
El evento estuvo muy bien organizado, con anticipación se recibieron a los propietarios para realizar la entrega administrativa de la llave de sus departamentos, esto implicaba la carpeta con instructivos; una hermosa Planchetta y una suculenta de regalo; como de costumbre, los propietarios expresaban que lo recibido era superior a lo que se habían imaginado. Formalmente, el acto comenzó a las 21 hs con la bendición del edificio a cargo del diácono Enrique Antequeda. Parece casual, justo el Dr. Antequeda, cuya especialidad es la ginecología había atendido las cinco cesáreas (cinco varones) de Marcela, esposa de Osvaldo Lucero (socio de Estudio 3), ahora daba a luz a este “prematuro” nuevo consorcio.
Prosiguió el ing. Gabriel Pérez (socio de Estudio 3) a cargo del discurso de inauguración, y expresó lo que ha sido la esencia del trabajo en estas tres décadas:
“…CREER:
Creer en Dios…
Creer en nuestra patria…
Creer en nuestras familias…
Y, especialmente, creer en nuestros sueños…”
Estuvo presente el señor intendente de la Capital Dr Emilio Baistrocchi y comitiva, expresó su agrado por la transformación de la calle Pueyrredón que justamente fue la primer calle que decidió asfaltar al asumir su gestión. Le agradecimos la resolución por la cual próximamente instalarán contenedores de basura para asistir a aproximadamente nuevos 300 vecinos.
Discobilly, en la voz de Emilia Cano (arquitecta de Estudio 3) recorrió musicalmente los años transcurridos (sólo el lado A del long play).
El corazón del evento estuvo dedicado al reconocimiento de proveedores, personal de obra y primeros clientes, destacando lo imprescindible de su participación para haber llegado hasta acá. También se les obsequió la Planchetta.
Siendo fiel al slogan de la empresa, Nuestras Obras Hablan, se proyectó un recorrido por los edificios ya entregados.
La fiesta continuó con el lado B de Discobilly, pero antes de despedirse, los socios fueron obsequiados por uno de sus capataces: Claudio Roqueblave y su hija mayor con un hermoso baile folclórico. El edificio estaba espléndido como una novia, y todos pudieron disfrutar la alegría de una hermosa fiesta.
