El momento clave. Cuando se hizo la noche, la corona del Sol se dejó ver. La gente se emocionó y nadie dejó de mirar y sonreír durante ese instante.

 

Dos minutos y medio fueron suficientes para que el sube y baja de las emociones se pusiera en funcionamiento. Los gritos, la euforia por ver los últimos rayos del Sol que se escondía detrás de la Luna se escucharon como un coro, mientras que a los pocos segundos el silencio, los flashes de las cámaras de fotos y hasta las lágrimas coparon todo Bella Vista. Y no fue para menos, es que fue imposible contener la emoción. Hasta el más duro tembló de la alegría y no pudo borrar la sonrisa de su rostro. Así se vivió ayer el eclipse total de Sol en la localidad iglesiana, que fue el lugar más privilegiado del mundo y que convocó a miles de personas de muchos países.

La alegría comenzó a las 16,25. La Luna se interpuso entre el Sol y la Tierra, mientras que los aplausos le dieron la bienvenida al fenómeno que dejó sin palabras a muchas personas. Después fue todo de menor a mayor. Unos 10 minutos antes de que Bella Vista se oscureciera en plena tarde, el calor que reinó durante toda la jornada comenzó a desaparecer. Una brisa fresca hizo que la gente sacara nuevamente los abrigos, pues la temperatura bajó notablemente. En ese momento el eclipse comenzó a vivirse con mayor nerviosismo. Los telescopios apuntaron al Sol y las filas para entrar al baño o comprar comida desaparecieron. Es que nadie, ni los chicos ni los grandes, querían perderse un segundo del fenómeno. En los parlantes del predio la música de suspenso hizo eco en las montañas, pues el silencio invadió el lugar. Ni los niños hablaron. Sin embargo, esa tranquilidad se volvió euforia. Todos miraron para el mismo lugar, hasta que de repente la Luna ganó terreno y el Sol desapareció por completo. En el instante, en el que comenzaron a vivirse los 2,30 minutos más emocionantes de toda la jornada, la gente explotó. Los gritos fueron tan fuertes que la piel se erizó. Se vivió como si todos gritaran el gol de una final del mundo. Entre el público los flashes de los celulares y las estrellas se hicieron competencia para ver quién brillaba más, mientras que de fondo las sirenas de los patrulleros que custodiaron el predio le pusieron música a ese momento que fue mágico, incomparable y único. 

Durante esos 2,30 minutos fue imposible no temblar, a pesar de que el frío pasó a un segundo plano. La euforia se volvió emoción. Las lágrimas fueron incontenibles. A tal punto, que hubo personas que no podía parar de llorar. La gente quiso mirar, sacarse fotos, llorar y hasta abrazarse a la vez. "No puedo contener las lágrimas", dijo una mujer mientras abrazaba a su hijo pequeño. Al lado de ella, una pareja de ancianos tomados de la mano sonreían convencidos de que estaban viviendo uno de los momentos más lindos de su vida, mientras que un grupo de niños repitió todo lo que había aprendido en las charlas que recibieron en las escuelas.

Al final ese breve tiempo, que para muchos fue como una eternidad por la emoción que sintieron, la mayoría sonrió con más fuerza. Los aplausos volvieron a escucharse y todos, hasta los que viajaron la mayor cantidad de kilómetros y dejaron lejos a sus familias, se convencieron de que haber llegado al pueblito iglesiano había sido una de las mejores decisiones de sus vidas.

 

Cifras oficiales

Se espera que en estos días el Ministerio de Turismo y Cultura realice un balance de lo
ocurrido durante la jornada de ayer y también en días previos al eclipse, tanto en la cantidad
de turistas como así también en la atención que tuvieron cada una de las personas
que visitaron San Juan.

Cómodos. Si bien la mayoría de los picnic fue con sillas y reposeras, hubo otros que llegaron con mantas para recostarse en el medio del predio y disfrutar cómodamente el espectáculo natural.
En familia. Muchos de los sanjuaninos que llegaron desde diferentes departamentos, lo hicieron en familia. Hubo abuelos y nietos que compartieron esta inolvidable experiencia.

 

El eclipse en Mogna

Funcionarios del Ministerio de Turismo dijeron que más allá de la gran cantidad de gente
que asistió a Iglesia, Valle Fértil o Chimbas, estaban muy satisfechos por la asistencia que
hubo en la pequeña localidad jachallera, que se llenó de visitantes de distintos puntos de
la provincia.

Al menos 5 noches de pernocte

Desde el Gobierno provincial dijeron que en su gran mayoría los turistas se alojaron en
San Juan unas cinco noches. De igual forma reconocieron que, debido a la falta de camas,
muchos descansaron en otras provincias, vinieron a San Juan y luego volvieron a los
distritos vecinos.

 

Observatorio a cielo abierto

Durante la previa del eclipse total de Sol, los alrededores del predio de Bella Vista parecieron un observatorio a cielo abierto. Telescopios de todos los tamaños, aficionados y astrónomos que hablaban en varios idiomas y muchos curiosos, hicieron que desde el mediodía el fenómeno astronómico se palpitara en San Juan. De esta forma, y en medio de una fiesta que ganó muchos halagos de parte de los turistas y de los sanjuaninos, se realizó la previa del evento que convocó a miles de personas.

El Sol se tomó a pecho la idea de ser el protagonista de la jornada. Desde primera hora de la mañana se hizo sentir, incluso cuando el termómetro marcaba 1¦C bajo cero. Con el paso de las horas, las bufandas, los guantes y los gorros de lana comenzaron a desaparecer y empezaron a verse los sombreros, las sombrillas y hasta el protector solar, es que el calor fue intenso. Sobre todo luego del mediodía. Y fue en medio de este esplendor, que el Sol fue lo más observado. Por un rato todos fueron astrónomos gracias a que los especialistas en esta materia se vistieron de solidarios y pusieron sus telescopios a disposición de todo el público.

Durante la previa, el público que asistió a disfrutar del espectáculo natural halagó el evento. "La entrada al predio fue rápida a pesar de la cantidad de gente que llegó", "teníamos miedo de no conseguir estacionamiento" y "es muy lindo que hayan venido tantos aficionados para que pudiéramos ver el Sol desde primera hora de la mañana", fueron algunas de las frases que dijeron las personas que fueron a ver el eclipse en Bella Vista.

Protección. Por lo que se vio en Iglesia y el resto de los puntos turísticos la mayoría de la gente utilizó los lentes de protección que repartió el Gobierno de
San Juan. Se había inisitido en la necesidad de su uso.

 

APOSTILLAS

CON REPOSERAS

La gente llegó desde primera hora de la mañana. Con reposeras, sombrillas y con las conservadoras llenas de bebidas y comida tuvieron un día de picnic en medio del predio de Bella Vista. Todos se prepararon para este momento y dijeron que vivieron el día como una verdadera fiesta.

LARGAS FILAS 

Desde las 10 de la mañana los autos llegaron al predio. Cerca del mediodía las filas fueron larguísimas. Colectivos, autos y camionetas esperaron para llegar hasta el predio, pues el lugar fue visitado por miles de personas. Por momentos hubo filas que alcanzaron los 3 kilómetros.

 

LA PLAZA 25, LLENA

Como ocurrió en buena parte de la provincia, la Plaza 25 de Mayo se llenó de público que se detuvo algunos minutos para observar el fenómeno. El Campanil fue el epicentro de las visitas y muchas personas hasta hicieron fila para poder apreciar desde las alturas de la ciudad cómo la Luna tapaba por algunos segundos al Sol.

 

EL TEATRO, OTRO EPICENTRO

 

El Ministerio de Turismo preparó algunas actividades para atraer al público en distintos lugares de la geografía provincial. Uno de ellos fue el teatro del Bicentenario, que recibió a cientos de personas ayer por la tarde. El paisaje, según dijeron algunos de los presentes, fue
impagable.