No es la primera vez que le ocurre, pero es imposible acostumbrarse a una situación así. Sentir cómo la preocupación comienza a tornarse desesperación, a medida que los minutos pasan y la tormenta no cesa. Con la inusual caída de agua en este mes de marzo, San Juan sigue sumando evacuados. Gente que debe dejar sus casas en medio de la angustia.
Con las fuertes y persistentes precipitaciones, Ullum se convirtió esta madrugada en el departamento más afectado, con viviendas, muchas de ellas precarias, inundadas o parcialmente derrumbadas.
Ismelda Vedia vive en el asentamiento 25 de Mayo. Es soltera y tiene dos hijos de 3 y 10 años. Cuando la fuerte lluvia comenzó a caer, rezaba para que cesara, pero no ocurrió. Y sucedió lo que más tenía. Tomó a sus pequeños, los dejó en la casa de un familiar, rescató algunas de las cosas que el agua dejó en pie y se trasladó hasta el CIC departamental.
"No sólo se me inundó todo, también se me desbordaron las cloacas. Fue desesperante, no se puede vivir así", dijo en diálogo con DIARIO DE CUYO. "Muchos vecinos perdieron lo que tenían y decidieron ir a la casa de algunos familiares. Otros se quedaron para que no les roben lo poco que les queda", agregó.
La mujer se gana la vida con un emprendimiento de comidas. Los fines de semana hace empanadas y pollos asados para poder alimentar a sus chicos y sostener a su familia.
"Hemos hecho relleno en nuestra casa, pero cada vez que hay una creciente se me mete el agua por todas partes: por la puerta, las ventanas, el baño. A un vecino se le cayó una pieza", concluyó a la espera de que alguien le de una mano para poder superar, una vez más, esta situación.
Hace dos semanas otra gran lluvia generó importantes complicaciones. Ahora, se vivió una situación similar ya que en menos de 1 hora y media cayeron en la Ciudad 18,2 mm de agua (cabe recordar que la media anual espera es de alrededor de 100 mm), según registró en su estación meteorológica el climatólogo Germán Poblete.