La calidad educativa, en los diferentes niveles de la enseñanza básica, es un tema de debate permanente en nuestro país a la luz de las evaluaciones periódicas, tan criticadas por los politizados sindicatos docentes que resisten también todo cambio destinado a alcanzar estándares internacionales competitivos.
Por eso es tan importante la actualización curricular con los modernos métodos de enseñanza disponibles y mostrar los resultados en pruebas estandarizadas a nivel mundial. Las conocidas PISA para conocer la formación de chicos de 15 años, nos vienen señalando una caída pronunciada en materias elementales y últimamente esta precariedad se ha revelado en la primaria. Lo demuestra la participación de alumnos de cuarto grado de las escuelas porteñas, por primera vez, en las pruebas PIRLS (Progress in International Reading Literacy Study) realizadas por la Asociación Internacional para la Evaluación Educativa, una organización multinacional con sede en Amsterdam, Holanda.
Según el informe de la entidad, los chicos de las escuelas de la Capital Federal demostraron un promedio significativamente menor al de la media en comprensión de textos. Un 17% de los alumnos ni siquiera alcanzaron el nivel mínimo de comprensión de lectura, en tanto solo un 3% pudo interpretar, evaluar y criticar el contenido de los textos de estudio. De esta manera los 4.436 educandos pertenecientes a 149 escuelas -públicas y privadas- de la CABA quedaron en el puesto 46 del ránking de 66 estados, encabezado por las escuelas de Moscú y Singapur.
Las explicaciones de las autoridades educativas porteñas indican que esa evaluación internacional toma procesos que en la Argentina se enseñan a chicos después de cuarto grado, un atraso crítico. La prueba PIRLS tiene cuatro ejes: localizar y recuperar información explícita; hacer inferencias directas; interpretar e integrar ideas e información; y evaluar y analizar contenido y elementos textuales.
De ahora en más lo importante es que Argentina no tenga una participación aislada en compulsas internacionales, de manera de conocer como está parado el país en el contexto educativo mundial, a fin de actualizar planes de enseñanza para volver a destacarnos en el mundo con una educación de excelencia. En el plano global se vienen desarrollando modelos y estrategias de calidad educativa, propias del mundo del conocimiento que viven las naciones desarrolladas.
