"Las 100 mejores imágenes de Camilo y Evaluna en Pinterest” y otros títulos por el estilo circulan en internet a la velocidad de la luz y se multiplican como estrellas en el firmamento sin smog de la cuarentena. Son jóvenes, son lindos, son buenos, simpáticos y talentosos. Un matrimonio de veintipico que en épocas de sexting y poliamor apuestan a una relación como las de antes. Aunque su historia suene como de tres décadas atrás, esta pareja tiene una característica centennial: todo sucede a través de las redes sociales.
En chiste, una Evaluna chiquitita, de no más de diez años, le decía a Susana Giménez que su papá no la iba a dejar tener novio hasta que cumpliera los 43. Entre risas, en el living más famoso de Telefe, la familia Montaner festejaba la ocurrencia y Susana, divertida, apoyaba la moción. Los tiempos se adelantaron para Ricardo Montaner y su hija no solo tuvo novio mucho antes, sino que se terminó casando a los 22, con él como padrino, como debe ser. Y no solo el casamiento se vio en todos lados, sino también el pedido de mano, la Luna de Miel, los primeros días de los esposos en su cotidianeidad, el confinamiento con toda la familia de ella en la casa paterna de Miami. Estar frente a las cámaras, como en aquel programa de Susana, la entrenó a Evaluna para ser una estrella.
Con focos o sin ellos, con maquillaje o a cara lavada, los centennials buscan referentes que parezcan tan naturales como ellos. Y desde su hogar en Miami, Evaluna transmite exactamente eso: naturalidad. Seguramente algo de ese encanto fresco habrá hecho mella en Camilo Echeverry que, más allá de su bigote a lo Dalí y su jopo repeinado, tiene toda la impronta de un hippie moderno, paz y amor. Desde el canal de YouTube que comparten los dos, con 1.6 millones de suscriptores, los enamorados fueron mostrando paso a paso cada momento de la pareja: qué le gusta a uno del otro, cómo soñaban su casa perfecta, dando consejos de cómo mantener una relación a distancia y hasta de cómo luchar contra el bullying.
Todo comenzó hace unos años, cuando Evaluna estaba viviendo en Colombia junto a su familia ya que su papá estaba participando como jurado del programa La Voz. Allí, la convocaron para estar al frente de un evento en el que iba a presentar un champú para niños, la conducción era compartida con alguien desconocido para ella, Camilo Echeverry. Los dos estaban con otras parejas en ese momento, por lo que el encuentro no pasó de un cruce amable entre dos jóvenes profesionales. Camilo le regaló su simple firmado y ella lo guardó, hasta que un año después, reencontrarse con ese disco le sirvió como excusa para contactarlo vía mensaje directo de Twitter. Se seguían mutuamente, pero nunca habían vuelto a hablarse.
Después de Twitter, pasaron al whatsapp y de ahí al Facetime, donde hablaban todo el tiempo a través de videollamadas que duraban hasta que los dos se iban a dormir. “Ella es mi medialuna”, le dijo Camilo a sus amigos cuando Eva volvió a Colombia para acompañar a su padre y para verlo a él, ir al cine, y comenzar una vida de novios juntos. “Como de toda la vida” es la frase que resuena cuando cuentan esos primeros tiempos de una relación que llega cada vez más lejos.
Camilo y Evaluna tienen fans como pareja, pero, además, cada uno por su lado ha logrado desarrollar dos carreras ascendentes. La hija de Montaner comenzó en 2010 como actriz en Grachi, la serie de Nickelodeon, también participó en la película Hot Pursuit (junto a Reese Witherspoon y Sofía Vergara), y el año pasado protagonizó otra serie del mismo canal infantil, Club 57. Mientras actuaba nunca dejó de cantar, sobre todo canciones de adoración a Dios e incluso llegó a hacerlo a dúo con Evan Craft, un convocante astro del pop cristiano. Además, cantó varias veces con su padre y desde que está junto a Camilo es, no solo la musa, sino la protagonista de varios de sus videos.
Camilo se hizo conocido por el reality de talentos Factor X en Colombia, su país natal. El mismo programa que lanzó a la fama a One Direction tuvo en él similar efecto, aunque su versatilidad lo llevaría, igual que a los ingleses, a despegar del fenómeno. “Favorito” y “Tutu” son sus dos más grandes hits, ambos dedicados a Evaluna, pero también ha compuesto para otros artistas como sus cuñados Mau y Ricky junto a Lali Espósito (Sin querer queriendo) y Becky G y Natti Natasha (Sin pijama). Si el canal de YouTube de su esposa sorprende con 2.68 millones de seguidores, el de Camilo impacta: 5.94 millones de seguidores. Juntos son dinamita, la primera canción que hicieron a dúo después de casarse ya suma 88.813.992 vistas.
“Por Primera Vez”, el corte en cuestión, tiene todo lo que quieren los followers: un estribillo pegadizo, un ritmo imparable y un video de verdad. El clip del tema no es otra cosa que una recopilación de imágenes del casamiento de ellos dos, a comienzos de este año y antes del coronavirus. Evaluna maquillándose, Camilo rezando rodeado de sus íntimos, Ricardo Montaner llevando a su hija del brazo hasta el altar. Ver el video y escuchar el tema no sería lo mismo si no hubiera trascendido que la novia decidió llegar célibe al matrimonio.
Su padre confirmó en una nota televisiva que Eva fue virgen hasta que se casó. Como cristiano y hombre de los medios que es, el cantante habló abiertamente acerca de la postura de su hija frente a este tema en el programa Suelta La Sopa, de Telemundo. “La libertad se basa en eso, en que tú elijas… Ella eligió por libre que es, porque cree firmemente en que debía hacerlo así porque ella tiene, más que un pacto conmigo, un pacto con Dios y ella lo ve de una manera en la cual todos debemos respetarle su forma de pensar y nosotros nos sentimos muy felices por eso”, explicó y confesó que la mañana previa al casamiento había llorado largo y tendido.
Tanto amor, tanta candidez e idolatría entre ellos provoca reacciones de todo tipo. Aunque hay un ejército de románticos que los bancan en todas, también surgieron burlas en la única red social en la que no reinan: Twitter. La acidez habitual de los tuiteros desató una catarata de memes en los que se ríen del exceso de cariño y atención de Echeverry hacia su esposa. Que, si le compone una canción nueva, si le canta al lado de la cama antes de que ella se despierte o si se deprime porque Evaluna en su computadora personal tiene una carpeta que dice “Mis documentos” en vez de “Nuestros documentos”.
Pero ninguna sátira dañina podrá apagar lo que ellos sienten, que es más o menos lo mismo que sienten sus fans, los que los bancan en todas. Basta ver los comentarios en cualquier canción que tenga alguno de los dos, colgada en YouTube: “Absurdo que se metan contigo por demostrarle amor a tu chica. Cuando lo que estás es enamorado y dedicas tus canciones en la perfección que ves en ella, sin meterte con nadie, sin una mala palabra”. “Qué risa me dan los que dicen ‘qué denso que es camilo’ ‘Evaluna se va a cansar de él’, gente dejen la envidia!!!!!! Se mueren por tener un Camilo en su vida!!!!”. “La sociedad esta tan acostumbrada a un amor mediocre, que ve la relación de Camilo y Evaluna como algo obsesivo, cuando todo lo contrario, sinceramente es bien lindo amar tanto a alguien como para querer demostrarle afecto en público”.
Cuando el sentimiento es tan fuerte, sobran las palabras. Lo que nunca sobran son los likes y en este cuento de hadas que incluye un capítulo en el que para pedir la mano de su mujer Echeverry alquiló un cine –solo para proyectar un corto de animación inspirado en ellos dos– se necesita algo más que los dos protagonistas. De modo que el público seguirá presente, mientras Camilo y Evaluna continúen proyectando en sus propias vidas lo que tantos otros desean.