Remco Evenepoel (Soudal-Quick Step), apretó los dientes y faltando 200 metros, volcado sobre su bicicleta, logró que Primoz Roglic (Jumbo-Visma) cediera. Quiso celebrar como se merecía su espectacular triunfo en la estación de esquí de La Molina, segundo final en alto de la Vuelta a Cataluña. Abrió los brazos y dejó de pedalear 25 metros antes de cruzar la línea. Por ese gesto de júbilo perdió la posibilidad de arrebatarle la malla de líder al esloveno, que seguirá vistiendo la malla blanca y verde por el ‘puestometro’ (así se denomina la cuenta que se hace de las posiciones de cada uno en las etapas).

A 12 segundos llegó un grupo encabezado por Giulio Ciccone (Trek Segafredo) -que sigue tercero de la general, ahora a 19s- y con Jai Hindley (BORA-hansgroe), Joao Almeida (UAE Team Emirates), Mikel Landa (Bahrain-Victorious), Michael Woods (Israel Premier Techi), Cian Uijtdebroeks (BORA-hansgroe), Esteban Chaves (EF-Easy Post), Romain Bardet (Team DSM) y Ben O´Connor (AG2R Citroën Team). Un grupo selecto y de mucho talento… pero los dos colosos de esta Vuelta están a otro nivel.

Hoy correrán la cuarta etapa, 188,2 kilómetros entre Llívia y Sabadell en la jornada más larga de esta edición, una de las más favorables a una llegada al sprint.