La televisión argentina se vio revolucionada en los últimos días, debido a la detención de Marcelo Corazza, ganador de la primera edición de Gran Hermano en Argentina y exproductor del ciclo, tras ser acusado por corrupción de menores. Y a la denuncia por abuso sexual de un menor que pesa sobre los hombros de Jey Mammón, ahora exconductor de La Peña de Morfi por Telefe.
Por esa razón, algunas personas se han atrevido a levantar la voz y contar sus experiencias traumáticas, luego de haber escuchado a Lucas Benvenuto apuntando contra el reconocido humorista por la relación sexo-afectiva que ambos mantuvieron cuando el joven sólo tenía 14 años y el conductor 32.
Ahora, Sebastián Pollastro, exparticipante de Gran Hermano 2007, la cuarta edición del reality neerlandés en Argentina que, en esa oportunidad, contó por primera vez con la conducción de Jorge Rial.
Quien en la actualidad cuenta con 36 años de edad reveló, a través de una publicación en sus redes sociales, que fue abusado sexualmente por un conductor y productor de la televisión, al momento que venía hablando de la forma absurda en que fue abordado por entrevistadores y periodistas de ese momento: "Ni hablar del conductor/productor metiéndose en mi habitación borracho, erecto, tirándose arriba de mí en la cama".
"No me sorprende, me duele, me vulnera y remueve muchas cosas. Porque amén de ‘la sorpresa fingida para la cámara’ de tantos, la realidad es que son muchísimos los casos de quienes sufrimos abusos", destacó Pollastro en su posteo, en relación a los casos trascendidos en los últimos días y, además, al recordar que él fue abusado por primera vez cuando sólo tenía 8 años.
Seguidamente, explicó por qué mencionó la palabra ‘abusos’: "Lo digo en plural porque, lamentablemente, cuando tu primera experiencia sexual es un abuso, de alguna manera se vuelve a repetir, ya sea por la manipulación del abusador, la psiquis dañada que te dejan, la complicidad de su entorno/canal, la impunidad que les da la guita/poder/contactos o la sociedad que sigue sin querer hablar de algo tan horroroso como lo es este tema, porque es más fácil seguir mirando para otro lado que hablar de algo tan incómodo, algo que sigue pasando todos los días", manifestó.
Finalmente, concluyó con dolor: "No se trata de Gran Hermano, esto pasa en el colectivo, en las oficinas, en las aulas, en las familias. Se trata de una sociedad enferma que mira para otro lado, que naturalizó durante años que estos tipos estén frente a la pantalla".