‘Mi hijo tenía problemas de comportamiento pero no de violencia, discutía con su madre como cualquiera, pero nunca le pegó, no es un asesino. A mí ella me dijo que fue un accidente, que si no fuera por Juan hubiera muerto quemada. Si yo hubiera sospechado que mi hijo le hizo algo, no estaría reclamando nada. Juan lleva 3 años y 8 meses preso por algo que no hizo, él no mató a su madre’. Lo dijo, visiblemente conmovido, el exdiputado provincial por el PJ y exmiembro del Concejo de la Magistratura, Eduardo Echegaray, padre de Juan Eduardo Echegaray (30), condenado el 1 de octubre pasado a perpetua por el homicidio agravado por violencia de género, contra su mamá adoptiva Liliana Loyola, porque supuestamente se negaba a darle plata para drogas. La víctima era una jubilada judicial de 64 años, que murió el 9 de enero de 2019 a causa de un cuadro infeccioso por las quemaduras que había sufrido en un 40% de su cuerpo en su casa del barrio Aramburu, Rivadavia, sobre las 20 del 29 de noviembre de 2018.
El exlegislador salió a reclamar porque ahora el caso es revisado por la Corte de Justicia, que debe resolver si confirma o no la sentencia de los jueces Silvina Rosso de Balanza, Maximiliano Blejman y Víctor Hugo Muñoz Carpino (Sala II, Cámara Penal).
Según Echegaray, desde el comienzo de la investigación y también en el juicio, se le dio valor a dichos y pruebas ‘contradictorias’, de manera ‘arbitraria’.
Así, aseguró que un hermano de esa mujer de la que llevaba 20 años de separado pero a la que seguía tratando como familia, mintió cuando dijo que a él le confesó que la quemó su hijo, porque el día en que ese supuesto episodio ocurrió, ese hombre ‘no entró a verla’. ‘En el juicio dijo que ella nunca le dijo eso, pero se puso nervioso y tras un cuarto intermedio aseguró que sí. Y valoraron eso en lugar de las 14 personas a las que Liliana les dijo que fue un accidente’, disparó Echegaray.
Además, precisó que el tribunal le dio valor pericial a un informe de Bomberos que fue al lugar unos 20 días después (concluyeron que el fuego fue intencional), sin reconstruir cómo ocurrió todo, como la disposición de los muebles. Y sin aceptarle su ofrecimiento de los peritos de la Policía Federal que actuaron en el incendio del boliche Cromañón, en 2004, con un saldo de 194 muertos.
‘Presenté por escrito -aseguró- informes del Colegio de Psicólogos y del Colegio de Psiquiatras, en los que me dicen que en San Juan nadie podía hacer una autopsia psicológica, pero supuestamente la hicieron, haciendo caso omiso a nuestros informes’.
‘Además, no puede ser que el psiquiatra Del Giúdice describiera de manera espeluznante a mi hijo sin haberlo visto nunca, el único antecedente que tiene esta persona es haber querido robar un disco del híper (Libertad) y todavía nos preguntamos cómo sigue en el Poder Judicial’, disparó Echegaray. Las múltiples contradicciones de testigos fueron otra de las críticas del exlegislador. ‘Mi hijo llamó a la ambulancia y sólo quiso ayudar a su madre, es inocente… sólo tengo palabras de agradecimiento para la defensora oficial (general) Mónica Sefair por su profesionalidad y por darnos contención a toda la familia’, concluyó el exlegislador.