Señor director:
Lo que quiero expresar no es un planteo sindical, ni nada que se le parezca. Es un clamor por toda la ciudadanía argentina. Esto es así, porque estamos en vísperas de nuevas elecciones y todavía vemos y escuchamos a nivel nacional a políticos que tratan de arrastrarnos con su verborragia a su objetivo: el abismo de la esclavitud, que significa la adoración hacia ellos, es decir, a ídolos de barro. Ante esto y mucho más, se hace necesario que los distintos sectores de la sociedad lleguemos a un acuerdo sobre una educación de excelencia para todos y cada uno de los argentinos. Que esa educación nos ayude a pensar, discernir y ser más constructivos. Tiene que haber una forma sana de hacer política, sin llegar a las conspiraciones, ni mentiras, como tampoco la maldad, para obtener un cargo que los arrope con los llamados "fueros", en este caso, "fueros parlamentarios".
Los argentinos hemos sufrido muchas divisiones y demasiados dolores. Queremos vivir en una tierra de paz, donde podamos trabajar y criar con dignidad a nuestros hijos. Reclamemos más educación y enseñanza de valores.
