Señor director:

Un 20 de agosto pero de 1820, doscientos años atrás, zarpa de la ciudad chilena de Valparaíso, al mando del General San Martín, la escuadra de la Expedición Libertadora del Perú, una de las operaciones anfibias más importantes en el Cono Sur en toda su historia. Desde el amanecer del día anterior se habían embarcado en los distintos buques que componían el convoy los cuerpos del Ejército Libertador. Todo había sido previsto por San Martín. Los batallones llegaban formados y desfilaban por planchadas a manera de muelles donde se embarcaban en grandes lanchas y botes que los transportaban hasta los distintos navíos. Los repuestos y caballos se habían embarcado en días anteriores. Entre las dos y tres de la tarde, con una salva general de artillería que contestaron los castillos del puerto, la Expedición Libertadora iniciaba el trayecto hacia su final destino. Siete naves que montaban 233 cañones, 11 cañoneros y 16 transportes cumplirían su misión de Libertad en Pisco, el Callao y en todo el largo del litoral del Pacífico.

 

Santiago Maciel
DNI 10.782.394