El mítico ‘Faro del Fin del Mundo‘ de Isla de los Estados, inspirador de la novela homónima de Julio Verne, volverá a iluminarse para guiar a los barcos navegantes del Atlántico Sur, si prospera la expedición de franceses liderada por André Bronner, el mismo aventurero que reconstruyó las instalaciones veintiún años atrás, y que regresará por estos días a la isla para reemplazar el sistema lumínico.
Bronner, de 62 años, tiene una vida de aventuras que lo unen al emblemático faro construido en 1884. El navegante galo llegó por primera vez a Isla de los Estados en 1993, y allí se perdió durante una tormenta: estuvo cinco días caminando sin rumbo en medio de la nieve, y prometió que si se salvaba, volvería al lugar.
Al año siguiente cumplió la promesa: consiguió una autorización para vivir dos meses solo en la isla, provisto de unas pocas pertenencias, un arco, flechas y una red de pesca.
En ese viaje volvió a las ruinas del faro, que había dejado de funcionar en 1903, y sentado, mirando el horizonte de la bahía de San Juan de Salvamento, le dio cuerpo al proyecto de reconstruir el edificio con forma de octógono.
Para ello creó la ‘Asociación Faro del Fin del Mundo‘, la misma con que ahora movilizó a patrocinadores e instituciones francesas y argentinas para encarar el nuevo desafío.
La organización presidida por Bronner construyó en el año 2000 una réplica exacta del faro en la ciudad francesa de La Rochelle, donde el año próximo prevén hacer una fiesta para celebrar los 20 años de la edificación. ‘Nuestra intención es que en ese entonces los dos faros estén funcionando‘, señaló el aventurero mientras prepara la misión que partirá de Ushuaia el 17 de marzo y tiene previsto regresar el 1 de abril, dependiendo del clima. La presentación oficial del proyecto será el sábado 16 de marzo en Ushuaia.