Las condiciones geográficas de San Juan motivan que la actividad ganadera en esta provincia esté poco desarrollada. La escasa producción está restringida al uso del pastizal natural, que en razón del relieve montañoso y el bajo nivel de precipitaciones, no tiene grandes extensiones y sufre, además, una gran alternancia de períodos de lluvia-sequía a lo largo del tiempo.
La cría se desarrolla en puestos, generalmente aislados, que están a cargo de familias rurales conformadas principalmente por mujeres, niños y ancianos. La estructura de la explotación caprina es precaria.
La mayoría de los productores caprinos no tienen una situación regular de tenencia de la tierra, lo cual trae aparejado su dificultad de acceso a créditos bancarios, por falta de títulos o avales. Esta situación, sumada al aumento de la desertificación y escasas mejoras en infraestructura, convierte a la ganadería de caprinos en una actividad de subsistencia.
