La cripta de la Iglesia Catedral se convirtió en un escenario donde se comenzó a palpitar la Navidad. Es sede de una muestra fuera de serie, en la que se expone 250 pesebres de diferentes provincias y países. La misma arrancó ayer y permanecerá abierta hasta el mes de enero, dijeron desde el templo.
Para que los feligreses comiencen a prepararse para vivir la Navidad, en la Catedral decidieron realizar esta muestra de pesebres a modo de incentivo. Y con el valor agregado no sólo de la cantidad de piezas expuestas, sino también de su procedencia y diversidad. Hay en exposición 250 representaciones del Niño Jesús, realizadas en cerámica, madera, lana, papel, totora y hasta chala de choclo, y procedentes de diferentes provincias como Salta, Córdoba y Buenos Aires; y de países como Chile, Perú, Colombia, Bolivia, Brasil y Estados Unidos, entre otros. ‘En la muestra están expuestos algunos pesebres que pertenecen a la Catedral y otros que fueron aportando las diferentes Cáritas parroquiales. La idea es que la familia participe de esta exposición y prepare sus corazones para vivir una Navidad plena’, el párroco Andrés Riveros, de la Catedral.
El sacerdote también fue el encargado de presidir la inauguración de la muestra que se realizó ayer ante la presencia de los primeros espectadores, de músicos que tocaron villancicos en vivo y del obispo auxiliar, Gustavo Larrazábal, quien no sólo destacó lo importante de este evento, sino que también dio un mensaje acorde al momento. Dijo que ‘debemos armar un pesebre en nuestros propios corazones para darle a Jesús un lugar para nacer’. Tras sus palabras, el Obispo bendijo la muestra y a los presentes.
Según dijo el padre Andrés Riveros, la exposición de pesebres en la Cripta de la Catedral permanecerá abierta durante lo que resta de este mes y todo enero. Y los interesados podrán visitarla de lunes a lunes, en horario de corrido que va desde las 10 hasta las 20.
Los pesebres se encuentran en urnas totalmente vidriadas, colocadas alrededor de la zona central de la cripta, para apreciar mejor su belleza.