No es la primera vez que lo vamos a señalar, pero en esta ocasión es muy oportuno dada las condiciones actuales de los mercados internacionales y la necesidad que tiene el país de que ingresen mayores divisas para hacer frente a sus obligaciones de pago de deudas contraídas y gastos corrientes. Cada vez es más necesario que la Argentina replantee su política de exportación promoviendo una mayor salida de productos manufacturados, es decir que incorporen valor agregado, algo que los commodities no lo están haciendo y que provoca que el esquema de exportación que tiene el país se vea arcaico y poco efectivo a la hora de contraponerlo con las importaciones.
Hasta ahora la exportación de granos, carne vacuna y otros productos primarios, es decir aquellos que se obtienen de actividades económicas dedicadas a la explotación de recursos naturales que otorgan materias primas, han estado otorgando buenos ingresos, pero al momento de compararlos con las importaciones que necesariamente debe hacer el país se encienden luces de alarma por el terreno que se va perdiendo progresivamente.
Con datos del mes de Mayo de 2022 se puede establecer que el total de exportaciones de los últimos 12 meses suma U$S 85.489 millones, y las importaciones U$S 73.215 millones, lo que deja como resultado un saldo de balanza comercial de U$S 12.274 millones
Los avances tecnológicos, la electrónica, la industrialización de otros países se hace notable cuando lo que sale de la Argentina son materias primas despachadas, en su mayoría a granel, y lo que ingresa son productos manufacturados, de alta tecnología o que han requerido un desarrollo científico importante para poder ser exportados desde sus respectivos países e importados por el nuestro, por ser productos muy necesarios.
El desarrollo tecnológico que ha experimentado en los últimos años el campo argentino, que ha posibilitado mejores rindes en las cosechas de granos, debe repetirse en otros ámbitos. Esto posibilitaría que el país creciera respecto de la industrialización y la exportación de manufacturas, haciendo que desde la Argentina salgan al mundo todo tipo de productos locales, previo procesamiento y empaque en una especie de certificación de origen.
Se impone en el país la necesidad de que se facilite una política productiva que contemple la incorporación de valor agregado, en plantas industriales distribuidas en toda la nación. También es necesario acompañar este proceso con una disminución de las obligaciones impositivas y de las retenciones a fin de que el sector se muestre competitivo.
Solo así se logrará equilibrar la balanza comercial y se irá perfilando un nuevo esquema exportador que será más beneficioso para el país.
