A pesar de no ser el fin perseguido, en las últimas décadas muchos de los avances de la humanidad han incidido negativamente en las condiciones ambientales del planeta. En busca del bienestar del hombre se han realizado obras y se han desarrollado actividades que están resultando contraproducentes en los distintos hábitats. Es extensa la lista de esos factores negativos por lo que a modo de ejemplo se pueden mencionar los siguientes: está comprobado que los pavimentos y asfaltos de calles y rutas, como el de algunos predios como playas de estacionamiento o explanadas de aeropuertos y terminales de ómnibus, están invadiendo la Tierra, con efectos totalmente adversos para la naturaleza y las condiciones del clima. Por cada metro cuadrado de pavimento la temperatura ambiente de un determinado sitio tiende aumentar por la incidencia del sol. Si bien es cierto que los caminos pavimentados, desde siempre mejoraron las condiciones de transitabilidad, acercando pueblos y ciudades, es una realidad que muchos de ellos han perdido el encanto y las buenas condiciones ambientales que ofrecían cuando eran de tierra y estaban bordeados de hermosos ejemplares arbóreos. En algunos países de Europa, los denominados caminos secundarios han vuelto a recuperar la preferencia de mucha gente que no necesita trasladarse en forma urgente ni a gran velocidad y que prefiere transitar caminos más amigables con la naturaleza.
Otro de los problemas más acuciantes de esta época es la de la contaminación de los cauces de ríos, cuencas hidrológicas, lagunas y mares. La presencia de los microplásticos es uno de los mayores inconvenientes por la dificultad que implica extraerlos del lugar en que se encuentran. Es tan grave esta situación que en el Océano Pacífico, entre California y el Archipiélago Hawaiano, hay una gran isla conformada por plásticos, considerada la más grande del mundo (hay 6 islas más en todo el mundo) que se mueve con las corrientes oceánicas hacia destinos insospechados provocando un gran desastre ecológico marino.
Hay otros factores negativos como el avance de la construcción de casas o barrios en terrenos que deberían estar destinados a la producción, lo que podría solucionarse solamente con respetar el ordenamiento territorial que debería regir en todas partes, especialmente en provincias como San Juan donde los terrenos para la producción agrícola son escasos.
Hay que tener en cuenta que hay distintas formas de conservar las condiciones climáticas o del hábitat. Para hacerlo hay que volver a costumbres ancestrales, promoviendo la forestación, el cultivo de la tierra y la recuperación de especies de la flora autóctona que contribuyen a conservar los suelos y a crear microclimas que luego resultan beneficiosos para el ambiente a nivel global.
