
Se nos fue uno de los empresarios vitivinícolas más respetado y querido de nuestra provincia. Fue el primer vicepresidente ad honoren ante el Instituto Nacional de Vitivinicultura y único miembro por San Juan en la comisión de precios de la Bolsa de Comercio de Mendoza.
Nos dejó, ese hombre que inspiraba respeto y admiración por todos los que tuvimos el placer de conocerlo. Ese señor elegante y educado que cuando nos hablaba, lo escuchábamos con una admiración inmensa, tratando de no perder detalles de su relato.
Fue un hombre de consulta permanente, una persona que cuando los problemas acechaban nuestra industria, siempre tenía el aplomo y la coherencia de dar el consejo justo y preciso. De dar su punto de vista, pero siempre viéndolo desde el lugar que sólo ellos, sólo esas personas de una sabiduría inmensa pueden dar sin guardarse nada y mirando el bienestar de todos.
Fue unos de los empresarios que con orgullo supo lograr que su empresa sea hoy unas de las bodegas trasladistas más importantes de nuestra provincia. Empresa que don Oscar, en tiempos donde ya gran parte de las empresas no se conocen por el apellido de sus dueños, él llevaba con la frente muy alta el orgullo de que su bodega era reconocida por su apellido como símbolo de honestidad y trabajo.
Supo formar a sus hijos con los mismos valores y virtudes que él; los cuales hoy conducen y llevan su empresa con la misma responsabilidad y honestidad que lo hizo su padre. Con la misma pasión y amor que él tuvo por esta actividad que lo vio nacer y con el mismo sentimiento de orgullo que don Oscar les enseñó a tener por lo suyo.
Se nos fue un gran hombre, un Señor con mayúsculas, un amigo, un ser muy especial.
La industria vitivinícola ha perdido a una persona que recordaremos todos como un referente, en su camino nos dejó una huella para imitar y seguir, una huella que quedará marcada para siempre.
Finalmente agradecerle a él su permanente colaboración con DIARIO DE CUYO y en especial con Suplemento Verde. Siempre estuvo dispuesto a colaborar con nosotros para la información que necesitáramos. En tiempos donde no había correos electrónicos, redes sociales y mucho menos Whatsapp, para tener una primicia o asegurar una información, la fuente segura era González Valverde. Siempre con su palabra precisa y acertada, siempre con su carácter cordial, atento y educado, siempre con su sonrisa que no olvidaremos. Lo vamos a extrañar. Hasta siempre, don Oscar. ¡Muchas gracias!
