Una gran repercusión en diferentes ámbitos de San Juan tuvo la noticia del fallecimiento, relacionado al coronavirus, de Roberto Tufic Nafá (77 años), quien tuvo una extensa y prolífica trayectoria en el hockey sobre patines, integró el equipo de ingenieros que calculó la estructura del Centro Cívico y hace 5 años se animó a publicar un libro para compartir la historia de una enfermedad que lo acompañó durante años, Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), con el objetivo de ayudar a otras personas afectadas por este mal.
“Honesto, sin dobleces, que no soporta la mediocridad, fiel con su familia. Activo, esquemático, con una gran dosis de valentía”, así lo definió su compañero de la vida, José Zamarbide, el otro ingeniero que hizo los cálculos del Centro Cívico y quien escribió el prólogo del libro de Nafá.
El mismo Nafá escribió que vivió una odisea por esa enfermedad: “Todo empezó cuando tenía 13 años. Llegó una orden de mi mente que me decía que debía leer tres o cinco veces cada párrafo porque de lo contrario algo malo le sucedería a un miembro de mi familia. A partir de ahí quedé atado. Siempre tuve la atención dividida en dos partes: lo que ocurría en el mundo que compartía con los demás y lo que pasaba en mi propio mundo”, contó a DIARIO DE CUYO.
Lamentamos informar a todos los amigos del hockey que esta mañana el maldito Covid se llevó a nuestro compañero y amigo…
Publicado por Veteranos Hockey San Juan en Martes, 16 de febrero de 2021
También reconoció que comenzar con la actividad deportiva fue un salvavidas y atribuyó que el hockey sobre patines le hizo conocer amigos "que se convirtieron en hermanos". Como jugador, participó en la gira de 1962 con Estudiantil por Europa. Como dirigente, integró diferetnes comités organizativos de Mundiales en San Juan. Apenas dos menciones de un ‘curriculum’ que sería interminable.
Logró sobreponerse al TOC y se animó a hacerlo público para ayudar a otros. “Todo lo que pasé no habría sido posible superarlo sin una buena terapia, el medicamento adecuado, y mi voluntad de salir”, reconoció. Ese espíritu lo mantuvo hasta el final en todos los órdenes de su vida.
