"Era él o ella", coincidieron ayer familiares de Gabriela Núñez (28), detenida por asesinar de un ladrillazo a su expareja y padre de tres de sus cuatro hijos, Gonzalo Martínez (25). En exclusiva para este diario, hermanas de la homicida abrieron las puertas de su casa en el Lote Hogar 12 de Pocito para exhibir pruebas de supuestos ataques del fallecido contra la mujer. Por ejemplo, aseguraron que el vidrio de la ventana del frente está roto producto de una pedrada del muchacho y mostraron que las ventanas de las habitaciones estaban tapadas con maderas y muebles porque Gabriela temía que él se le metiera a la vivienda y la golpeara. "Venía en la madrugada y se metía. Era muy violento y ella por ahí lo defendía, no lo quería denunciar, solía tapar las agresiones de él diciendo que había peleado en la calle. Tenían una relación enfermiza", afirmó una de las hermanas, que pidieron no ser identificadas ni aparecer en las fotos, por temor. Este diario accedió a una fotografía donde la homicida aparece con moretones en el rostro, presuntamente por una golpiza que le dio Martínez. Eso fue en noviembre del año pasado y según la familia de ella eso desencadenó la ruptura de la pareja, aunque antes ya habían tenido idas y vueltas. Luego, ya separados, seguían en contacto por los chicos pero nunca en buenos términos porque "él la hostigaba".

Golpiza. Los moretones alrededor de los ojos de Gabriela Núñez fueron a causa de las trompadas de su expareja, denunciaron familiares de ella. Fue en noviembre del año pasado.

El sábado, día del crimen, Martínez "ha venido como a las 5 de la mañana… ¿a esa hora vas a venir a buscar a tu hijo? Vino a otra cosa". Según las hermanas, el muchacho no llamó desde afuera sino que directamente entró. E indicaron que seguramente se enfureció porque Gabriela estaba acostada con su nuevo novio, Marcelo Roca (20). A un costado de su cama dormía uno de sus hijos, pero ni eso impidió el comienzo de un enfrentamiento. Ayer en el piso todavía habían manchas de sangre y restos de un envase de cerveza con el que Martínez agredió a Roca. Ese joven estaba siendo atendido en el Hospital Rawson (ingresó con una herida cortante en la pierna izquierda y traumatismo nasal) cuando se desencadenó lo del ladrillazo mortal, en momentos en que la víctima caminaba hacia el taxi que lo esperaba afuera. "Mi hermana le gritó: "No te quiero ver más hijo de p…" y le largó el ladrillazo. De ahí se ha metido para adentro, simplemente era una pelea más de todas las que han tenido. No vio cuando cayó al piso. Pero cuando le dijeron que estaba tirado ella misma llamó a la ambulancia y le hizo RCP. Estuvo en todo momento con él, no lo ha querido matar, ha sido un accidente, no lo quiso hacer", explicó una de las mujeres. Otra, llorando, dijo que "en las redes le ponen "asesina" y no está bien. Yo sé que tampoco está bien lo que hizo ella, pero que no la critiquen porque no saben lo que pasó acá adentro ni la vida que llevaba con él. Era él o ella".

La pareja se conoció hace unos 7 años. Sus hijos tienen 6, 5 y 1 año. Además, ella tiene una nena de 9. Los cuatro chicos están ahora al cuidado de un familiar. "Ellos no entienden muy bien, lloran, quieren ver a la madre y dicen que quieren volver a su casa", contaron.

Hoy la homicida estará cara a cara ante un juez y tendrá la posibilidad de declarar. El fiscal Francisco Micheltorena (UFI Delitos Especiales) le imputará un homicidio agravado por el vínculo. "Tiene que pagar, pero no merece perpetua ni una pena tan dura", cerraron.