Anteayer la Federación Uruguaya de Ciclismo hizo público los recorridos que tendrá la próxima edición de la Vuelta de Uruguay, competencia que tendrá categoría 2.2 de la UCI (Unión Ciclista Internacional) que se disputará entre el 7 y 16 de abril con un formato de diez etapas, ocho en línea y dos contrarreloj, una por equipos y otra individual, de 35 kilómetros.
Tras la victoria de Mauricio Quiroga en el circuito Rawson, José Díaz, secretario general del SEP confió que tres de sus ciclistas estaban preparando la crono porque ‘el año pasado perdimos la general de la Vuelta de Uruguay en ese tramo’. Vuelta que según se supo ayer no lo tendría entre sus equipos participantes, porque aparte del conjunto de la Agrupación Virgen de Fátima que hace un par de semanas hizo pública su participación y del Italo Mat-Dogo que también recibió la invitación, el tercer conjunto invitado es el de la Municipalidad de Pocito.
Consultado ayer Díaz sobre el tema, dio a entender que ‘algo se veía venir’. ‘Cuando estuvieron en San Juan los uruguayos el señor Moreira (Federico, presidente de la Federación Uruguay) me dijo que este año no me mandaba la invitación directamente porque Curuchet (Gabriel presidente de la FACPYR) había condicionado la participación de los equipos extranjeros a la Vuelta de San Juan pidiendo que las invitaciones a las carreras en sus países debían ser dirigidas a la Federación Argentina’.
Este argumento fue desmentido, mediante una comunicación telefónica, por el máximo dirigente del ciclismo nacional. ‘Que Díaz diga cuando le llamé para invitarlo a una carrera en el exterior, nosotros lo único que hacemos es darle los datos de los organizadores, los equipos se ponen en contacto directo y luego nos solicitan el permiso federativo correspondiente. La FACPYR no tiene nada que ver en el tema invitaciones a las carreras’, afirmó.
Nulos fueron los intentos de tener la palabra de Moreira, para saber si en la elección de los participantes la Federación Uruguaya tenía en cuenta los méritos realizados por los conjuntos invitados.
Entendiendo que más allá de pretender que las carreras las ganen equipos del país organizador, elevar el nivel de competencia enriquece las experiencias de los conjuntos más débiles.
Según se supo por fuentes cercanas a la organización el cupo de invitaciones para equipos argentinos es de tres, contando entre ellos a la Selección Argentina y dos más, que por tener licencia profesional darían otra categoría a la carrera.
Díaz, no oculta su molestia por la situación. ‘Nuestra intención es, en un futuro cercano, ir correr en Europa y hemos sumado sponsors que necesitan que sus productos se muestren en carreras UCI.
Lo que realmente me preocupa es que el Gobierno de San Juan haya invertido tanto esfuerzo y dinero para organizar la Vuelta, haya destinado fondos para cubrir los gastos de una veintena de equipos y no tenga ningún poder sobre como apoyar a sus conjuntos. Que Curuchet tenga la última palabra sobre quien va o no a salir del país, me parece un despropósito’, comentó quien con su equipo logró el año pasado ser el mejor de Sudamérica, entre los profesionales.
Una vuelta con gran historia
La Vuelta de Uruguay tiene categoría 2.2 (UCI) menor que la Vuelta a San Juan porque permite la participación de equipos amateur, como son los del país oriental, pero tiene una gran historia porque es la más antigua de Sudamérica y todos quieren correrla.
Un sanjuanino, Juan Carlos Ruarte, la ganó en la edición 1980 y en las dos últimas ediciones hubo presencia sanjuanina con la participación del SEP, que desde que tiene categoría continental la disputó con muy buenos resultados.