Salvo algunos raptos de lucidez gastronómica, como la que lo llevó a estar este miércoles entre los mejores de la semana de MasterChef Celebrity, cada noche Federico Bal cocina con una mochila de piedras.

Siendo muchos era como un juego, se podía zafar hasta por ahí nomás porque siempre podía haber uno peor, pero a medida que el grupo fue decantando, con varios muy buenos en el carril de al lado, las ideas se terminan y el estrés se intensifica.

"No sé qué cocinar, se me acabaron las ideas, hice fácil 80 platos", repitió Fede como una letanía a lo largo de toda la prueba. Y es que la condición era ir por lo dulce o lo salado, con ingredientes prefijados y sin receta. Lo que algunos entendieron como en sumun de la libertad, a él lo dejó en el medio del mar, a la deriva y sin brújula.

Después de cambiar de plato una y mil veces, el participante decidió ir por un Lomo al curry con cuscús y ensalada fresca de manzana, pepino y lechuga, como para cumplir. Pero la falta de voluntad se notó tanto que, por primera vez, el jurado decidió hablarle sin filtro.

"Hoy te queremos que hablar como si fueras uno de nuestros cocineros. Nosotros somos los jueces y venimos a degustar, la persona que a esta altura de la competencia tiene que justificar por qué está acá todavía sos vos, no nosotros", le dijo muy serio el nunca serio Donato de Santis.

El estudio en silencio, Fede visiblemente nervioso, y sus compañeros con los ojos muy abiertos escucharon el resto de lo que el chef tenía para decir: "Este cuscús es una pasta pasada, totalmente inflado, gomoso, no tiene color, no tiene sabor. Este plato no está a la altura de nada, ni de esta competencia ni de un restaurante".

A continuación Germán Martitegui, quien mantiene una rivalidad histórica con Bal, fue aún más al hueso: "¿Vos querés que te diga lo que le diría a un cocinero mío?: ‘Estás despedido’. Yo tengo que cerrar el restaurante si sirvo eso, nos iríamos todos juntos. Voy a tomar a esto como algo gracioso, como si hubieras querido hacer un chiste que no es gracioso. Sos un chanta. Si decís que improvisaste es porque sos un improvisado, se te dieron 60 minutos para cocinar algo decente".

La devolución del trío selló la suerte de Fede Bal en el programa, tanto que hasta él se dio cuenta: "Es muy probable que no esté capacitado. Todavía no sé cómo es que estoy entre los ocho. No sé por dónde pasé y entré. Estamos en un punto del programa en el que creo que me tengo que ir. Porque tengo compañeros y compañeras que saben muchísimo más que yo. Soy ese que en el colegio elegían último para jugar al fútbol".