El jefe de la Iglesia Católica de la región de Cuyo, monseñor Jorge Lozano, pasó por el programa "A todo o nada" de Radio Sarmiento y habló de temas candentes, como el elevado índice de pobreza en el país, el aborto y los procesos que enfrentan sacerdotes acusados de abusos sexuales.

 

– La UCA dio a conocer el informe de pobreza, el cual fue del 40,8 por ciento, ¿qué responsabilidad le atribuye al Gobierno nacional?

– Una responsabilidad muy grande. Y no sólo al Gobierno sino a una estructura económica que se viene manteniendo durante décadas como para no pensar que el problema de la pobreza es de los últimos cuatro años. En realidad, estamos por encima del 30 por ciento de la pobreza desde hace mucho tiempo, con distintas gestiones y de distintos signos políticos. Todos manteniendo una estructura macroeconómica más o menos parecida. Este año, nuestro país no ha crecido, pero en otros años ha venido creciendo a tasas muy importantes. Sin embargo, eso no logró bajar del 30 por ciento los índices de pobreza porque la riqueza no se distribuye después en fuentes de trabajo. Más bien se acumula en pocas manos. También ha habido un crecimiento en lo que se llama la financiarización de la economía, donde en lugar de centrarse en la producción, se centra en las finanzas y en este sentido se promueve más poner a trabajar la plata que generar trabajo con la plata. Eso es desvirtuar la economía y no poner a la persona en el centro.

– ¿El gobierno de Macri ha promovido aún más este mecanismo?

– Sí. Se ha profundizado lo que se venía dando, que no era poco.

– Ningún gobierno ha tenido la disminución de la pobreza como política de Estado, ¿es así?

– Me cuesta ser tan taxativo. Ahí hay que distinguir lo que son los discursos de lo que son los hechos en concreto. El presidente Macri se presentó durante la campaña en generar pobreza cero. Los gobiernos anteriores también han puesto un discurso en torno a la disminución de la pobreza. Hasta el 2008 hubo un trabajo importante de reducción de la pobreza y generación de puestos de trabajo y, a partir de ahí, hubo de nuevo un deterioro de las condiciones generales de la pobreza.

– ¿Cree que el próximo gobierno realmente va a aplicar políticas que tengan que ver con la reducción de la pobreza?

– No lo sé, habrá que esperar los anuncios. Al que conozco, porque he charlado varias veces con él, es a Daniel Arroyo, el que va de ministro de Desarrollo Social. Es una persona muy capaz y que ha tenido varios programas de trabajo para la superación de la pobreza, que tiene vínculos con organizaciones de base, organizaciones sociales, con Cáritas. Me parece una persona que tiene un compromiso muy grande con los pobres, que esta designación puede ser auspiciosa. Habrá que ver cómo es el contexto del resto del Gabinete: qué políticas públicas se anuncian, se promueven y ver qué espacios va tomando cada uno. Carolina Stanley es una mujer que también ha tenido un gran compromiso con los sectores populares y que ha hecho realmente una tarea muy importante. Sin embargo, el contexto del Gobierno no ha incidido de la misma manera.

"El Papa tiene muchas ganas de venir. Puede ser a fines de 2020, principios de 2021". 

– ¿Es buena señal este plan contra el hambre que ha anunciado Alberto Fernández, en el que están trabajando diferentes sectores, como la Iglesia, y que están incluidas figuras públicas como Marcelo Tinelli?

– Es bueno como señal, no puedo garantizar la eficacia. El aporte de deportistas o de actores da como una especie de marco simpático de apoyo, pero ninguno de ellos son especialistas ni en economía ni en pobreza. Hay otros que forman parte de esta mesa que sí tienen experiencia de trabajo social. Esto no lo digo como crítica, pero sí es importante, a la hora de diseñar un programa, tener en cuenta a la gente que sabe, que está en contacto con la pobreza y que, a su vez, tenga algún tipo de capacitación en orden a la macroeconomía que sirva a la generación de trabajo.

– Usted que recorre las parroquias de la provincia, ¿cómo ve la situación de San Juan?

– Por lo que dicen algunos datos, no tenemos precisión, en San Juan sería un poco menos el porcentaje. De todos modos, que otros estén peor no significa que nosotros estemos mejor. Siendo un porcentaje menor igualmente afecta a historias, familias. Recorriendo los barrios y los lugares, surge que hemos tenido una importante demanda de comedores, de merenderos, de lugares para la atención primaria. Lo hemos visto tanto en Cáritas como con algunas organizaciones sociales.

– ¿Ha crecido esta demanda?

– Sí, en el último año ha crecido mucho. Incluso, en el gobierno provincial han elaborado un programa de asistencia alimentaria que se lleva adelante en forma directa y en algunos lugares colaborando organizaciones sociales, capillas, parroquias como para poder hacer llegar esa asistencia mayor a los sectores más desprotegidos.

– ¿Ve un perfil distinto del gobierno provincial con respecto al que tiene el nacional?

– Son signos políticos distintos.

– ¿Ve una diferencia de pensamiento en materia económica?

– Sí.

– ¿Cómo avizora la relación que va a tener la Iglesia con Alberto Fernández?

– Yo diría la Iglesia con el Estado. Por lo que hemos visto en estos meses, desde que Fernández ha sido electo, ha habido acercamientos, por ejemplo, desde Cáritas para colaborar en alguna mesa respecto de la pobreza.

– ¿Qué sintió cuando el próximo ministro de Salud, Ginés González García, aseguró que va a poner inmediatamente en práctica el protocolo para los casos de aborto no punible?

– La cuestión del aborto lo habíamos conversado varios obispos. Una o dos semanas antes de la elección, el entonces candidato Fernández había dicho que el aborto dividía y no era urgente, que era una problemática que dividía a la sociedad argentina y, más bien, que había otras situaciones y prioridades que encarar. Espero que tenga en cuenta estos compromisos que hizo durante la campaña y que se vean reflejados también en las políticas públicas que aliente.

– También Fernández dijo que va a mandar al Congreso el proyecto sobre aborto. ¿Esto va a generar una fricción en la relación con la Iglesia?

– No sólo con la Iglesia sino también con otros grupos sociales, que en esto hemos expresado la necesidad del cuidado de las dos vidas desde la concepción, tanto del niño como de la mamá. Además, hay un lenguaje confuso. Por ejemplo, el presidente electo, en algún momento, habló de promover alguna ley del aborto, en otro habló de la despenalización. Son temas distintos y a cada tema hay que ver cómo responder, pero hasta que no haya claridad. De todos modos, estas cosas, como Iglesia, no nos impiden seguir trabajando y colaborando en lo que entendemos también que es nuestra vocación. Así que, por más que el presidente quiera, desdiciendo sus expresiones, promover alguna campaña respecto del aborto, eso no hace que nos retiremos de nuestra atención a los pobres y colaboración a todo lo que tiene que ver con el cuidado de la vida, no sólo la vida por nacer sino también de la vida nacida.

– ¿Sería decepcionante para usted que el próximo gobierno avance en estos temas?

– Sí. Para mí es una contradicción de lo que se había afirmado.

"Mientras estuve en la Pastoral Social teníamos reuniones con funcionarios macristas".

– En la provincia se han llevado a cabo prácticas de abortos no punibles por violaciones a mujeres, ¿qué reflexión hace?

– Que algo sea legal no necesariamente implica que sea justo. Entonces, que una ley lo apruebe no significa que eso sea bueno. Hay algunos fallos de la Corte Suprema que no necesariamente llevan después a un cumplimiento y otros que pareciera que ese es el fundamento más importante, como el caso del aborto no punible. La Corte ha fallado hace años diciendo que en un plazo perentorio había que limpiar el Riachuelo. Y sigue tan sucio como siempre y nadie le dio importancia a ese fallo. Otro señala que hay que radarizar el norte argentino y proveer de más herramientas a las fuerzas federales. Nadie hizo nada tampoco en ese campo. Entonces, acá tenemos, como sociedad, una valoración diversa de los mismos fallos de la Corte Suprema. O todos son de cumplimiento obligatorio o todos son expresiones de deseo.

– ¿No cree que los ejemplos que menciona son peligros a futuro y que el caso de una mujer embarazada fruto de una violación es un problema inmediato?

– Las personas que viven en la Cuenca Matanza Riachuelo están en peligro inminente cada día. Varios niños se cortan jugando y después hay que internarlos y algunos mueren a causa de la contaminación. Hay un alto porcentaje que tienen plomo y mercurio en sangre y eso es un riesgo de vida muy importante para afecciones cardíacas.

– En los abusos sexuales cometidos por sacerdotes, en la provincia está el caso de Walter Bustos y trascendió el de otro que buscó juntarse con un joven a través de redes sociales. ¿Cómo afectan esas situaciones a la Iglesia?

– A la Iglesia nos afecta mucho, pero tenemos que ser cuidadosos de no emitir juicios previos a lo que dictamine la Justicia. Este tema es algo que nos da mucha vergüenza y nos hace sufrir mucho y expreso que quienes tengan algún dato o denuncia que hacer, acudan al Obispado. Por indicación del papa Francisco y por convicción personal, no queremos ocultar la realidad ni que haya una actitud de tapar porque hace mucho daño.