Natalie Portman acaba de cumplir 40 años y se convertirá en la primera Diosa del Trueno en la nueva película de Marvel Thor: Love and thunder (que estrena en febrero próximo) en la que ella tendrá el poder. Sin embargo, es algo que la actriz nacida en Jerusalem y ganadora de un Oscar, parece venir aplicando a su carrera y vida personal desde que pudo procesar los efectos de haber ingresado al mundo de la interpretación a los 13 años en "León". "Empezaba a elegir escenas que eran menos sexies porque me preocupaba la forma en que me percibían y cómo de segura me sentía", ha recordado Portman en más de una oportunidad.
La actriz de Closer, Star Wars y El Cisne negro es sinónimo de sencillez y humildad, aun cuando su rostro y su sonrisa son de los más alabados de Hollywood permitiéndole representar a reconocidas marcas. Portman ha sabido también hacer cumplir su derecho a ser respetada pidiendo evitar la desnudez innecesaria, aun a costa de ser catalogada como "difícil".
Tras Black Swan, papel que le otorgó el reconocimiento de la Academia en 2011, siguió forjando un camino construido a conciencia. Dicho esto, que en esta etapa se la pueda ver dejando de ser la novia de Thor para convertirse en la merecedora del "Mjolnir" (el famoso martillo), es consistente con su cruzada.