¿Le alcanzará? Julian Alaphilippe, compañero de equipo de Maxi Richeze, manda por ahora en la general, aunque se vienen los Alpes y no es su especialidad.

 

El Tour de Francia ingresa hoy con su 16ta etapa en la semana final para conocer el ganador el próximo domingo en París. Y es un comienzo de la recta decisiva a pura incógnita sabiendo que por tercera vez en los últimos 30 años el líder, en este caso el local Julian Alaphilippe, tiene tan poca ventaja sobre sus perseguidores. Se sabe que los tramos del jueves, viernes y sábado, en plenos Alpes, definirán con la temida altura quién "paseará" el domingo por los Campos Eliseos.

Alaphilippe, quien este año fue puntero de la Vuelta a San Juan varias etapas, manda en la general por ahora, separado hasta el sexto ciclista de apenas 2m02s. Esa ventaja en la altura es la nada misma y el galo, que busca conquistar un Tour para su país luego de 34 años, lo conoce mejor que nadie: "Mi camiseta de líder pende de un hilo. Es más, no solo mi liderato sino la posibilidad de quedar finalmente entre los diez mejores", sostuvo en el último día de descanso.

El pedalero del Deceuninck-Quick Step (donde corre el argentino Maxi Richeze) sabe que la etapa 18 del jueves (208 kms), la 19na del viernes (126 kms) y la 20ma del sábado (130 kms) decretarán la suerte de cada uno. Y tiene claro que su ventaja actual de 1m35s sobre el escolta, británico Geraint Thomas, actual campeón, no implica nada.

Los antecedentes marcan que será un cierre de Tour apasionante. Sólo hay dos casos en los últimos 30 años de finales similares. En el 2017, Chris Froome tuvo que hacer frente en los Alpes a rivales de peso como Aru, Urán, Landa y Martín. Ninguno, desde el italiano, a 18 segundos, hasta el español, a 77, pudo recortar entonces antes de la crono decisiva en Marsella. Y en el 2008, Frank Schlek les hizo frente a una media docena de candidatos a desbancarlo y con los cual estaba separado por 49 segundos. Su triunfo inolvidable en la altura del Alpe d"Huez sentenció la historia a su favor, sumado al triunfo vital en la crono. Una diferencia clave con otras ediciones es que en este desenlace de la prueba no hay contrarreloj, con lo que muchos especialistas en pedalear "solos" ya quedaron afuera de la conversación.

Luego de varios años plagados de escándalos por la sombra del doping, por fin el Tour parece haber recobrado su mayor atracción: saber cuál ciclista podrá celebrar su domingo de gloria en la hermosa París.

 

El último

Francia sin festejo

En la edición de 1985 se consagró ganador del Tour por última vez un francés. Se trató de Bernard Hinault, quien es uno de los máximos ganadores con cinco ocasiones.

Van por Julian

Geraint Thomas

El ciclista británico es el actual campeón del Tour y quiere demostrar sus cualidades de escalador. Está en la general segundo, a 1m35s de Alaphilippe y es candidatazo a desbancarlo.

Steven Kruijswijk

El pedalero del Jumbo – Visma también cuenta con buenos antecedentes en etapas de escalada, aunque no es su fuerte principal. Está tercero en la general a 1m47s del francés.

Thibaut Pinot

Otra de las grandes amenazas para Alaphilippe: se ubica cuarto a 1m50s de diferencia y viene de ganar la etapa del domingo. Llega en muy buena forma al cierra de la prueba.

 

Una etapa de transición en el llano

Superado el macizo de los Pirineos y la segunda jornada de descansa dentro del Tour de Francia, el pelotón vivirá durante hoy en una jornada de transición, prácticamente llana, con 177 kilómetros en torno a Nimes que será la penúltima oportunidad para los "sprinters" y que se espera la recorran en algo más de cuatro horas.

En este sentido, se espera la presencia en la pelea por el parcial del argentino Maximiliano Richeze, quien hasta ahora no tuvo mayor protagonismo debido a que trabajó para el líder de la general, su compañero Julian Alaphilippe.

Por delante quedará una jornada de media montaña y otras tres de alta montaña en los Alpes, por lo que los pretendientes a la general podrán tener un último respiro.

Para la anécdota, el pelotón pasará por el Puente del Gard, uno de los monumentos más visitados del país, que además servirá de salida para la etapa siguiente.