"Soy un ser humano. A veces también anhelo la alegría, la luz y el placer en medio de estas nubes oscuras", dijo Sanna Marin, la primera ministra de Finlandia, quien tuvo hablar otra vez en público para pedir disculpas. En ese estado, lleva dos semanas.
Pero esta vez, la joven jefa del gobierno, de apenas 36 años, estuvo al borde de las lágrimas. En un acto de su formación, el Partido Socialdemócrata (SDP), Marin, conmovida, pidió que solo se la juzgue por su labor al frente del Gobierno y no por lo que hace en su vida privada.
En menos de dos semanas, Marin tuvo que retractarse o dar explicaciones que jamás imaginó. Primero, por la filtración de un video de una fiesta privada en la que se la vio bailando animadamente ("descontrolada", le dijo la oposición política). Luego, apareció otro video, en este caso en un boliche muy conocido de Helsinki y muy abrazada con un músico popular en Finlandia. La primera ministra se sometió voluntariamente a un test sobre drogas. El resultado fue negativo ("nunca tomé drogas en mi vida", había adelantado).
Pero no pudo dar por cerrado el escándalo de los videos privados. Posteriormente, apareció otro de dos mujeres besándose con el torso desnudo (el pecho tapado por un cartel que decía "Finlandia"): la foto había sido tomada en un sauna de la residencia oficial para el primer ministro de Finlandia. De nuevo un escándalo y más explicaciones
Sanna Marin dijo que la foto era "inconveniente", a la vez que tuvo que precisar que ningún sector que se utiliza para tareas oficiales de gobierno fue vulnerado. Fue entonces que pareció llegar a su límite. Apesadumbrada, reconoció que "aprendió de sus errores" de estos días. Pero mirando para adelante, como debe hacer un líder político, hizo un claro pedido: que se la juzgue por su labor de gobierno a la hora de evaluar su rol como funcionaria.
Semana complicada
Tratando de dejar atrás los escándalos, la primera ministra recalcó: "No he faltado ni un solo día al trabajo y no he dejado nada por hacer". Y volvió a marcar la diferencia que para ella existe entre el ámbito privado y la gestión pública: "Quiero creer que la gente valorará lo que los políticos hacemos en el trabajo en lugar de lo que hacemos en nuestro tiempo libre".
Sin embargo, reconoció que esta última semana, en particular, fue "bastante complicada". Por suerte, en medio de tantos tragos amargos, tiene una buena noticia: la policía de Helsinki recibió tres denuncias contra ella por el contenido de los videos. Pero de inmediato se aclaró que no abrirá ninguna investigación porque no hay ningún rasgo de criminalidad por parte de la primera ministra o de su entorno.