Nada detiene a Lewis Hamilton. Más allá de algún contratiempo puntual, el británico no parece tener rivales en una Fórmula 1 que lo muestra como claro dominador y en la que este domingo hizo todavía más grande el lugar que ya le corresponde en la historia. Con un triunfo en el Gran Premio de Eifel que al principio estuvo en duda pero que después consiguió con comodidad, llegó a lo más alto del podio para igualar el récord de victorias en la categoría de Michael Schumacher. Y ponerse en camino de alcanzar lo que le queda: los siete títulos en la categoría máxima.
La largada entregó acción de la buena para los fanáticos de la Fórmula 1 en el emblemático circuito de Nurburgring. Con pelea entre los compañeros de Mercedes y un Valtteri Bottas que demostró que no está dispuesto a ser un partenaire en el que parece un inevitable camino de Lewis Hamilton hacia su séptimo título en la categoría.
El finlandés, que había hecho la pole position, defendió con empeño su posición luego de una carga a fondo de Hamilton en la primera curva. Los dos pilotos de Mercedes quedaron afuera del recorrido original y casi se tocan en esa maniobra. Pero consiguieron recuperarse y a la salida fue Bottas el que consiguió prevalecer y conservar la primera posición.
Luego de esa salida complicada, Bottas había conseguido afianzarse adelante con una relativa tranquilidad. Pero un error en una curva le permitió a Hamilton sobrepasarlo y empezar a marcar el ritmo de la carrera, mientras empezaban a caer algunas gotas.
Bottas se vio obligado a parar en boxes por los daños en los neumáticos y su rendimiento se fue desdibujando de a poco. Tanto que quedó detrás de Verstappen, el único que otra vez parecía con relativa chance de poner en duda un nuevo triunfo de Hamilton.
Los dos primeros fueron a boxes para un recambio y ya salieron adelante de Bottas. La distancia entre ambos era de 2 segundos, lo suficiente como para que Hamilton, sin descuidarse, mantuviera una relativa tranquilidad. Y mientras tanto, el finlandés, sin potencia en su motor de acuerdo a lo que contaba en la comunicación con su equipo, se metía en boxes y perdía toda chance de disputar los primeros puestos.
Con Bottas ya fuera de la competencia, Hamilton fue estirando de a poco la distancia con Verstappen mientras detrás, muy lejos de los dos primeros, Lando Norris se quedaba con el último escalón del podio.
A partir de ahí, el libreto fue muy parecido a otras de esta temporada de la Fórmula 1 -y también de las anteriores-. Hamilton dominaba a placer y la única disputa estaba en los puestos de retaguardia, con un Verstappen sólido en la segunda posición pero sin chances de entrar en una pelea por la cima.
El australiano Daniel Ricciardo terminó por prevalecer en esa pelea, en la que también se sumaron el mexicano Checo Pérez y el español Carlos Sainz. Mientras tanto el monegasco Charles Leclerc, que con su Ferrari había dado buena pelea adelante, se tenía que conformar con el séptimo puesto.
Pareció que podía haber algo más de drama con la salida del auto de seguridad cerca del final. Pero Verstappen no pudo ni siquiera con esa ventaja darle pela a un Hamilton que se mostró sólido y sin fisuras. Como siempre, o como casi siempre. Para hacer un poquito más de historia.