Quiero aprovechar este espacio para destacar la fortaleza y fe del padre Román Becerra que, a pesar de que su cuerpo ya sufre las secuelas de la diabetes, su espíritu permanece sano y más fuerte que nunca. Desde hace un tiempo comenzó a tener problemas de visión, a raíz de este enfermedad, pero eso no le impidió seguir celebrando misa.
Comenzó a utilizar una tablet para poder leer el misal en letras más grande. Ahora, por su problemas renales, ya no puede caminar sin ayuda, ni permanecer de pie por mucho tiempo. Sin embargo, esto tampoco fue obstáculo para seguir predicando la Palabra de Dios.
A paso lento y con la ayuda de un caminador llega hasta el altar donde lo espera una silla, la que utiliza para celebrar la misa sentado.
Y eso no es todo. Hasta se anima a tocar la guitarra y cantarle una canción a María, a quien le atribuye su fortaleza para seguir adelante, haciendo caso omiso a los dolores y poniendo por encima de todo su fe en Dios.
Que el Señor lo proteja padre Becerra y lo siga bendiciendo con esa maravillosa actitud de vida que ha demostrado y que nos enseña que el amor al prójimo puede ser el menor remedio para nuestros males.
